Badajoz
Magacela, un lugar cargado de esencia
Cuenta la leyenda que una princesa mora que vivía en la fortaleza árabe sobre la que se estableció el posterior castillo cristiano, la noche en que la plaza cayó había comido de más, como ajena a la tragedia que se avecinaba. Ante la algarabía que se generó durante el ataque algunos sostienen que se lanzó desde la torre, otros que lo hizo desde las almenas y otros que solo se dio por muerta a la par que exclamaba "“Amarga cena, amarga cena para mi”. Aquélla frase derivó en Malgacena y evolucionó hasta Magacela.
Los estudiosos sin embargo, lejos de las leyendas de princesas moras, sitúan de forma más verosímil su origen en la expresión árabe Umm Gazala, cuyo significado podría ser Gran Madre o Casa Grande o Segura.
En cualquier caso, Magacela tiene un origen que se remonta a lo más antiguo. De ello dan fe las pinturas rupestres situadas al abrigo de la formación rocosa sobre la que se asienta el pueblo. Existen restos de un dólmen. Una fabulosa estela de finales de la Edad del Bronce que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, también fue descubierta en estos lares.
El castillo tiene un supuesto origen celta, después romano y posteriormente visigodo y árabe. En él se encuentra un viejo cementerio actualmente desmantelado y adecentado como testimonio de que allí existió un camnposanto y la Iglesia de Santa Ana, de estilo mudéjar, levantada en el siglo XV.
Lo que llama poderosamente la atención son sus calles empinadas en las que predomina la cal sobre las paredes de sus casas mayormente de arquitectura vernácula. Calles que van sorteando las rocas sobre las que se asienta el pueblo conformando un plano lleno de rincones y vericuetos.
Se nos quedaron muchas cosas en el tintero en este viaje con el que pretendemos dar una pequeña visión del lugar, su castillo y las impresionantes vistas de las que podéis disfrutar desde allí. Os invitamos, como siempre, a visitar esta localidad pacense.