Cultura

Teatro de cercanía: Escuela Municipal de Teatro de Guareña

He querido afrontar el momento actual del teatro amateur, el que nace en las Escuelas Municipales de Teatro y, en seguida, por una foto que vi en redes, me fijé en la EMT de Guareña, que con unos 7mil habitantes mantiene una escuela que las buenas lenguas llaman La Aldea Gala del Teatro, un reducto de resistencia cultural anómala y poco frecuente en poblaciones pequeñas del entorno rural extremeño.

 

 

Con una llamada de teléfono, Eva Romero Borrallo, su directora me dio todas las facilidades para ir a conocer la Escuela y a algunas de sus alumnas e incluso fotografiar una clase práctica.

 

 

La Escuela Municipal de Teatro pertenece al ayuntamiento de Guareña y cuenta con una estructura estable desde 2008. Ha obtenido numerosos premios en su trayectoria pero, sin duda, es destacable el reciente Buero de Teatro Joven en fase autonómica a la mejor obra por Las Troyanas Confinadas, grabada durante el confinamiento por los alumnos del grupo juvenil.

 

 

Diez grupos en total, divididos por edades y nivel de formación, agrupan a un número aproximado de 130 alumn@s de entre 6 y 85 años de edad, reciben la atención y dirección de Eva.

 

 

Y es que he de confesar que pude asistir a una clase práctica de teatro poco usual. Quizás las mascarillas daban un aire extraño pero había otra cosa …    Estoy seguro de haber percibido una ilusión desmedida de las mujeres del grupo que allí estaba. Una energía que las interconecta, que les hace superar sus problemas cotidianos, sus preocupaciones, dolores, enfermedades … Es la energía del Teatro.

 

 

El proyecto guareñense incluye desde 2008 la integración de personas con discapacidad intelectual. La potenciación de los valores de esta escuela le ha valido también la mención de un jurado nacional ya que tuvo los arrestos de decirle en voz alta en el Teatro Fernán Gómez, y al público, que continuarían luchando por conseguir una integración plena de las personas con distintas capacidades hasta que llegara el día en que estos premios no fuesen necesarios.

 

 

También la lucha por la integración ha llevado a los grupos de la escuela a trabajar temas como el acoso escolar, el ciberacoso y los trastornos alimentarios con obras de sello propio como Carne de Cañón. Y es que aquí se defiende que no solo son las charlas en institutos las que salvan a un adolescente, sino el teatro que visibiliza e identifica estos problemas.

 

 

Las mujeres del grupo hacen sus ejercicios mientras me paseo entre las butacas y por los pasillos con mi cámara y mi mascarilla. Mujeres con realidades individuales que despiertan mi admiración al verlas aquí y ahora haciendo y aprendiendo Teatro. Algunas no fueron a la escuela y aprendieron a leer para poder estar en esta clase. Otras, luchando contra una enfermedad grave y aplazando la quimioterapia hasta después de un estreno para no perjudicar el trabajo en equipo y poder disfrutar del éxito. Hay quien memoriza textos después de haber sufrido tres ictus cerebrales, también las hay recién operadas. Una de ellas dejó las muletas al llegar en la butaca y no volvió a utilizarlas hasta que acabó la clase mientras otra luchaba por que el cabestrillo de su brazo escayolado no le molestase para hacer los movimientos … y varias decenas de casos más por que cada una tiene su historia. Todas superadas por la fuerza del Teatro.

 

 

Al salir tomamos algo y descubro el compromiso en estado puro y la empatía que ejerce Eva Romero. Hablamos de esos impedimentos, de las incapacidades y ella me asegura que cuando algo ahí fuera te dice que no, que tú así no, el teatro te dice que sí, que tú también…Y te salva y te pone un espejo en el que poder ver las profundidades de tu alma y los abismos coralinos de tu corazón y empiezas a descubrir capacidades nuevas, que ni sabías que tenías…

 

 

Hablamos también sobre el Festival de Teatro que se celebra cada año en Guareña con una programación profundamente impregnada de contenidos sociales, de tolerancia, respeto a la diversidad, integración, igualdad, feminismo, denuncia social, memoria histórica y todo lo necesario para ayudar a construir y transformar realidades porque, asegura que, el Teatro es Transformador de realidades nuevas que cambia a quien lo ve y a quien lo interpreta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Eva Romero y su proyecto teatral me han impresionado. Creo que lo vivido me transformó por unos momentos y de vuelta a casa iba pensando en esas mujeres, en su anonimato como actrices, en darles visibilidad porque se lo merecen todo. Y por la noche, en casa, en mi confortable soledad, aún seguía pensando sobre la lección vital que había recibido de ellas. El disfrute de ver lo que un grupo serio hace sobre unas tablas por muy humilde que este sea es algo que me costará siempre mucho cambiar por otra cosa.

 

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