Cultura

Deja que Shakespeare te ayude

Dijo el actor, profesor y director teatral William Layton: ‘Cógete de la mano de Shakespeare y no le ayudes mucho, deja que te ayude él”. Eso es exactamente lo que hay que hacer en el Festival de Mérida viendo Antonio y Cleopatra, dejarse ayudar por Shakespeare y por el escenario milenario.

Mientras los más fervientes detractores de las escenografías que ocultan parte del frente escénico del teatro desempolvaban anoche sus sempiternos argumentos, acomodaba mi cuerpo en la fila 7 mientras cambiaba impresiones con l@s compañer@s de prensa. Me disponía, curioso, a contemplar el funcionamiento de ese muro metálico en ángulo con dos semicírculos que Jose Carlos Plaza había encargado a su escenógrafo Ricardo Sánchez Cuerda que, dicho sea de paso, ocupa una parte del centro del escenario del Teatro Romano permitiendo la contemplación del resto del monumento que no solo no pierde grandiosidad, a mi juicio, sino que la resalta notablemente.

 

 

El que sin duda será polémico artefacto escénico da un juego impresionante mutando por momentos mediante un ingenioso sistema de puertas que abren y cierran para convertirse en cualquiera de los escenarios de cada una de las XXX escenas/actos con las que cuenta la obra traducida y versionada por Vicente Molina Foix. Asimismo, la acertadísima iluminación de Javier Ruiz de Alegría, tiene la capacidad de transformar el lugar en Roma, el mar, un jardín... multitud de ambientes. En definitiva he decidido defender, una vez vista la obra y a pesar de no estar muy convencido en un primer momento, el trabajo de Sánchez Cuerda por su efectividad y la capacidad de simbiosis que desarrolla dentro de la obra.

 

 

 

La dirección de la obra la firma Jose Carlos Plaza, con Jorge Torres como adjunto y se me antoja brillante, como siempre, con escenas muy bien construidas y personajes muy bien definidos en sus intervenciones. El vestuario a cargo de Gabriela Salaverri es llamativo, atemporal, incluso podría decir que tiene la facultad de trasladar al espectador a un ambiente shakespiriano. Otro elemento que influye en el ambiente indudablemente es la música compuesta por Luis Miguel Cobo. En cuanto a la caracterización, esta está ejecutada por Toni Santos con verdadero acierto.

 

 

 

El resultado es este: 2 horas y 50 minutos incluyendo un descanso para estirar espalda, brazos y piernas, saludar, contemplar el teatro de noche que tiene un algo cautivador...

 

 

 

En este tiempo, Ana Belén y Lluis Homar (quienes encabezan el reparto) luchan para que el público haga abstracción respecto a la edad de ambos y la de los protagonistas reales de la obra así como de la del resto de actores y actrices, cosa que se consigue por que, señoras y señores, el teatro es pura convención entre el público y actores/actrices/iluminadores/director... A veces es bueno dejarse "engañar" por la realidad del teatro y se consigue cuando está bien dirigida. Esta convención que a veces funciona y a veces no y anoche lo hizo.

 

 

El resto del reparto, impecables. Impecables Olga Rodríguez (la entrevistamos en Región Digital hace unos días) y Elvira Cuadrupani. También lo estuvieron Ernesto Arias, Israel Frías, Javier Bermejo, Fernando Sansegundo, Rafa Castejón, Carlos Martínez-Abarca, Luis Rallo y José Cobertera.

 

 

Una Coproducción del Festival de Mérida y la Compañía Nacional de Teatro Clásico que te recomendamos ver por que Shakespeare es Eterno y nuestro Teatro también.

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La obra estará en cartel del 8 al 11 de Julio en el Festival de Teatro de Mérida.