Cultura

...quiero arrancarme del suelo

Esta obra habla de tragedias, pero no de odio. Hay mucho amor, y mucha luz.

Eva Romero, directora de la obra y Silvia Zarco quisieron buscar historias de cuidados, de responsabilidad colectiva, de derechos humanos, de despedidas dignas… Y fue así como dieron con sendas obras de igual título y diferentes autores griegos, Esquilo y Eurípides. Además, para mayor compromiso social, en ambas obras predominaba el papel de la mujer, bien fuesen abuelas, madres, hijas o hermanas.

Con todo ello, el texto de Silvia Zarco vio la luz envuelto en la defensa de derechos muy básicos y cada vez más vulnerados como el de asilo, el derecho al propio cuerpo o a la despedida de los muertos.

Un texto comprometido, de gran actualidad. Ni siquiera podían imaginar que su estreno fuese a coincidir con una gran tragedia humanitaria en la que la mujer es protagonista muy destacada, como es el acceso de los Talibanes al poder en Afganistan. Tampoco imaginaron que coincidiría con el día en que Lorca fue asesinado y ocultado también durante décadas mientras sus familiares reclamaban su cuerpo. 

 

 

Al hilo de reclamar cuerpos de hijos-hermanos-padres-abuelos trágicamente desaparecidos, no puedo evitar acordarme de lugares como El Cementerio de los Alemanes, en Yuste, o el de los Italianos, en Campillo de Llerena, ni de las tapias de los cementerios, las cunetas de muchas carreteras y tantos lugares donde reposan probablemente en una postura absurda y de manera también absurda los cuerpos de muchos hijos que nunca más pudieron abrazar sus madres, padres, herman@s…

 

 

La obra cuenta música compuesta por Eugenio Simoes, persona de extraordinaria sensibilidad ganada para la causa desde el primer momento en que le propusieron el proyecto. Simones, con sus acordes, ayuda a que el corazón aflore en esta historia. Según él, el problema es que se pretende hacer desaparecer la palabra “empatía” y todo lo que conlleva.

 

 

El reparto está compuesto por Carolina Rocha, Cándido Gómez (que no nos tiene acostumbrados a papeles dramáticos pero que lo borda), David Gutiérrez (increíble actor, amigo y enorme persona), Eduardo Cervera, María Garralón (recuerdo de la infancia de muchos de mi generación), Valentín Paredes, Rubén Lanchazo y Javier Herrera (dos corazones con piernas que pululan por los escenarios extremeños.

 

 

Al cante, un lujo llamado Celia Romero que con su voz y el flamenco fusiona súplica y quejido.

 

 

Hay un Coro de Danaides, precioso y cargado de sentimiento, compuesto por Laura Moreira, Nuria Cuadrado, Pilar Brinquete, Gema Ortiz Iglesias, responsable de la coreografía del montaje, María Valero, Ruth Frutos, Maribel Lozano, Nieves Gonzálvez, Silvia Gómez y María Cendrero.

 

 

Por su parte, el otro coro, el Coro de Madres, resulta trágico y sobrecogedor, necesario para conducir la historia con las voces y la presencia de Beli Cienfuegos, Elena Lucas, Raquel Bravo, María Victoria Cerrato, Maria Eugenia González y Manola Tejada. Los coros han contado con la asesoría coral de Alonso Gómez, Director del Coro Amadeus.

Roberto Monago y Victor Pulido son los niños que nos mostrarán la parte más inocente de cualquier drama humanitario.

 

 

Y un tercer Coro, el Coro Amadeus-IN, ilustra con canto y gran sensibilidad la música de Simoes para transmitir la esperanza. Participan, además, la Escuela Municipal de teatro de Guareña y la Asociación Párodos de Talarrubias.

 

 

Eva Romero cuenta con la ayuda en la dirección de Pedro Forero, impecable en sus acciones. La escenografía está diseñada por Elisa Sanz con gran acierto ya que consigue aprovechar la práctica totalidad del frente escénico del romano, gran reto. Podemos decir que otro protagonista es la iluminación, firmada por Rubén Camacho, precisa, ajustada al espacio y las escenas, también a la inmensidad de un escenario como el del Teatro Romano de Mérida. El diseño del vestuario es de Pepa Casado, y la ejecución de Luisi Penco y Lali Moreno. También es de Pepa Casado la caracterización con la ayuda de Isabel Martín y Gema Galán. El sonido lo firma Adolfo Sánchez Mesón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las suplicantes es una Coproducción de Maribel Mesón y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.