Cultura

Dido y Eneas

Traspasado ampliamente el ecuador del Festival de Mérida, solo quedan tres estrenos en el Teatro Romano. Esta semana le tocará el turno a la danza con Dido y Eneas el 6 de Agosto con una única función. Mañana se retomarán las representaciones de Medusa hasta el día 11 de Agosto y, con ello, ya solo nos quedará disfrutar de Tiresias (del 14 al 18 de Agosto) y de Ifigenia, una de las producciones con sello extremeño que estará en escena del 21 al 25 de Agosto.

Danzad, danzad, malditos!! y por ello, para l@s amantes de la danza, un plato fuerte: Dido y Eneas. Hoy las fotografías son de nuestro querido colaborador Luis Carrasco que ha sabido recoger algunos de los mejores momentos del pase gráfico celebrado anoche. Servidor (Uno es uno y no trino ni dúo) estaba a otros menesteres intentando fotografiar alguna perseida y la Vía Láctea en Tentudía, por lo que contar con un activo tan valioso como Luis hizo que hoy puedas disfrutar de estas maravillosas imágenes.

La música del montaje fue compuesta por Henry Purcell, el compositor barroco que compuso esta maravilla para el libreto operístico de Nahum Tate. La trama nos presenta la historia de amor entre la reina de Cartago, Dido, y el caudillo troyano Eneas que recogió Virgilio en La Eneida. Eneas y su tripulación naufragan en Cartago y allí él y Dido sucumben ante una hermosa historia de amor, truncada por la voluntad de los dioses que le destinan a la refundación de Troya. Para ello Eneas debe abandonar a Dido que, amargada por la frustración, rechaza a Eneas una vez que este decide no obedecer la voluntad, abandonándose la reina hasta la muerte.

Luego, llega Blanca Li (Directora y escenógrafa), en el siglo XXI y pone en escena a una decena de bailarines para representar esta historia de amor con un exquisito lenguaje corporal que presenta, con tintes muy contemporáneos, una obra cargada de poesía y sentimiento que sabe imprimir en su compañía los aspectos cómicos y trágicos del libreto original. La coreografía es sinuosa, flexible, aérea y atlética, imaginativa, visual, con toques de humor, descaro y color y reforzada por la iluminación que dará protagonismo a los personajes y al propio monumento, cosa altamente necesaria para disfrutar de una bonita función en un escenario como el Teatro Romano de Mérida.

La música de Henry Purcell es grabada pero hará las delicias de los melómanos. No en vano ha sido interpretada por Les Arts Florissants, una fundación francesa apasionada por la difusión y divulgación de los autores y la música barroca.

Todo ello para que Alizée Duvernois, Victor Virnot, Julien Marie-Anne, Maeva Lassere, Gaetan Vermeulen, Coline Fayolle, Gaël Rougegrez, Meggie Isabet, Quentin Picot y Martina Consoli, l@s bailarin@s, se fundan en el escenario y con el escenario con fluidez, dando vida a unos personajes que son poseedores de varios cuerpos que se expresan de forma individual. Aquí es cuando uno se admira por la belleza de contemplar una escenografía viva, cambiante, compuesta por seres humanos y con un elemento que refuerza y tiene gran protagonismo como es el agua.

En suma, una producción cargada de simbolismo y emociones para dejar que, esta noche, nuestros sentidos fluyan con la música y l@s bailarin@s.

Para completar las referencias artísticas y técnicas, mencionar a Glyslein Lefever y Déborah Torres Garguilo en la ayudantía de dirección, y la confección del vestuario a cargo de Laurent Mercier.

Disfruta de esta producción de la Compagnie Blanca Li.