Reportajes
Monasterio de El Palancar. La grandeza de lo pequeño
San Pedro de Alcántara concentró su fe y su sentir religioso en un convento de apenas setenta metros cuadrados considerado el más pequeño del mundo. Hemos realizado una visita y te lo mostramos.
El Convento de El Palancar, también conocido como "El Conventito" o Convento de la Purísima Concepción de El Palancar, se encuentra a unos dos kilómetros de la población de Pedroso de Acím, en la provincia de Cáceres, entre los valles del Jerte y del Alagón, por una pequeña carretera muy bien acondicionada.
Iniciada en el año 1500 la descalcez franciscana en Extremadura con el objetivo de proyectar sobre suelo extremeño las dos tendencias o formas de concebir la espiritualidad en la orden de los franciscanos: la Conventualidad y la Observancia, se inclinó por aplicar la segunda a la primera, cuya tendencia era la de la fundación de grandes conventos.
Así, San Pedro de Alcántara, en 1557, al recibir como donación de unos amigos suyos una pequeña casa cerca de Pedroso de Acim, decide trasladarse a vivir con un compañero, Fray Miguel de la Cadena, acondicionando dos pequeñas habitaciones y una capilla para, posteriormente, construir el pequeño convento.
El remanso de paz que se respira en este rincón es un verdadero deleite. A ello contribuyen los numerosos jardines y huerto que rodean el convento.
Alrededor del convento original construido por San Pedro de Alcántara a partir de 1557, se construiría posteriormente, en el siglo XVIII una iglesia, un claustro, una hospedería y la fachada actual que conocemos, quedando integrado el antiguo convento dentro del nuevo complejo religioso.
Claustro del S. XVIII. Su construcción conserva la austeridad característica de los franciscanos.
A la izquierda apreciamos la pequeña escalera de acceso al recinto original del convento fundado por San Pedro de Alcántara.
Las estancias son pequeñas y muy modestas y contienen parte del ajuar doméstico de la época.
La pequeña capilla alberga una imagen del santo, estando toda la cúpula cubierta por un mosaico de Magdalena Leroux realizado en 1962.
Y por si alguien no cree aún lo de las reducidas dimensiones, os dejamos finalmente con una imagen de la parte media y superior del claustro del "conventito", cuya luz es de un metro cuadrado, alrededor del cual se dispone el claustro de cuatro columnas de madera que sostienen.