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El Domingo del Carnaval Romano marca para quien más o quien menos el final de esta fiesta pero, sin embargo para otros es el ecuador en el que el cuerpo se ha habituado al disfraz, a dormir poco y a estar la mayor parte del día de pie. En este momento, la sonrisa, también para algun@s, deja de ser una mueca forzada y brota con tanta espontaneidad como necesidad. Y es que sonreír y reír mucho es algo tan necesario como dormir o comer.

 

Mientras a medio día los más pequeños disfrutaban de la animación infantil prevista, los más mayores sentíamos gazuza deseando aflojar de forma benéfica unos pocos euros en la Jamonada Solidaria a favor de “El Mundo de Alex” el pequeño emeritense aquejado del Síndrome de Cach que ha movilizado a los “Soldados de Ainara” para recabar fondos y ayudar a investigar para encontrar una cura.

 

El buen jamón del Grupo de Cortadores de José Manuel Yuste sirvió para destapar la caja de Pandora estomacal por lo que hubo que cambiar de fila para degustar la Garbanzada ofrecida por el Ayuntamiento de Mérida con la Colaboración de la Escuela de Hostelería.

 

Ya por la tarde, el Gran Desfile de Pasacalles del Carnaval Romano de Mérida congregó a varios cientos de participantes agrupados entre “Los Danzarines Emeritenses”, “Asociacion Juvenil DragonFly”, “Los San Isidro” y “Los Nuevos Carioca” y algunos otros que, espontáneamente decidieron unirse a la caravana de la risa.

 

El recorrido, como el resto de los años, partió de la Avenida Juan Carlos I para adentrarse en el centro de la ciudad y terminar en la Plaza de España, verdadero corazón del Carnaval Romano.

 

Y es que el Carnaval Romano de Mérida se configura como una fiesta plena de actividades para todos los gustos y edades. Hoy Lunes, sigue la fiesta. Aprovechad, que después … viene la Cuaresma.