Turismo

Juromenha. Centinela de La Raya

El viaje desde Elvas hasta Juromenha discurre por la típica carretera rayana. Árboles a ambos lados, alcornoques principalmente, suaves ondulaciones y trazado sinuoso a veces y recto otras que atraviesa quintas, heredades y dehesas. Al cruzar la Ribeira de Mures se nos van los ojos hacia abajo. El río nos ofrece una visión hermosísima a la par que tétrica de troncos de árboles despojados de vida que salen del agua. Lo que en principio es un ínfimo arroyo que crece pocos kilómetros arriba cruzando el Monte de Mures se arrellana en este punto, justo debajo del puente que acabamos de cruzar para desembocar en el Guadiana y su Gran Lago de Alqueva.

 

 

Tras coronar un alto llegamos a Juromenha conocida también como Nossa Senhora do Loreto, un pequeño pueblo del Alentejo portugués, distante unos 18 kilómetros de Elvas y con menos de un centenar de vecinos. (Click aquí para ver como llegar con Google Maps) Pertenece a la Unión de las Freguesías de Alandroal y su más destacado patrimonio histórico es la Fortaleza de Juromenha, en la que centramos este reportaje.

 

 

La Fortaleza es abaluartada y fue puesto avanzado de defensa del reino aftasí de Badajoz por su valiosa posición estratégica sobre el Río Guadiana, a cierta altura sobre este. Otra vez aparece en nuestras historias lusitanas Geraldo Ser Pavor el azote de los sarracenos o el Cid Portugués, que arrebató a los árabes el lugar (y también Monsaraz) en 1167. Recordemos que entre sus muchas hazañas figuran la conquista de Cáceres y Montanchez. 

 

 

Pero el aspecto actual tiene algo de mezcla entre el Castillo reedificado en 1297 (17 torres cuadrangulares y una torre del homenaje de 45 metros de altura) y la fortaleza abaluartada del siglo XVII, mezclando murallas y torres de diferentes épocas. Mantiene cegado un foso defensivo perimetral. Son características las garitas para centinelas en cada vértice de los baluartes.

 

 

Sufrió importantes daños en la explosión de un almacén de pólvora en 1659 en el que murió toda la guardia y un siglo después, en 1755 durante el terremoto de Lisboa. Estos hechos hicieron necesaria una profunda reforma del recinto añadiéndosele un nuevo baluarte y permaneciendo en uso hasta 1920, fecha en la que fue abandonado.

 

 

Disfrutamos la tarde recorriendo su interior entre las ruinas del Ayuntamiento, la casa del gobernador, la Torre del Homenaje, las fantásticas barbacanas medievales, los baluartes con sus garitas desde donde vemos a pocos metros y en la orilla opuesta el puerto deportivo de Villarreal, en España, …

 

 

Nos llama la atención la Iglesia de Nossa Senhora de Loretto, donde se celebraron tres esponsales reales: Alfonso IV-Beatríz de Castilla, María de Portugal-Alfonso XI de Castilla y Pedro I el Cruel-Constanza de Castilla. Otro templo más pequeño y próximo a la entrada, de una sola nave, la Iglesia de la Misericordia también reclama la atención. Desmanteladas y expoliadas solo se aprecian algunos restos de la ornamentación pictórica.

 

 

Aunque se puede acceder a las torres y al interior de los edificios ya que no existe ninguna vigilancia y la entrada al recinto es gratuita, recomendamos realizar la visita con suma precaución, especialmente si viajas con niños, ya que no debemos olvidar que estamos en un edificio en estado de ruina.