Turismo
Un paseo por Trujillo
Pasear por Trujillo con Carmen Sánchez Risco no tiene precio. Presentadora, miembro de la Academia de la Tv... pero sobretodo historiadora. La pasión que siente por su cuna, Trujillo, la transmite a cada paso que damos juntos en este paseo. Cada casona, cada escudo heráldico, cada edificio que tiene una historia es su objetivo. Conoce mil historias sobre la patria de Pizarro y todas las cuenta con el mismo entusiasmo. Compagina su trabajo como presentadora y guionista con el desarrollo de formatos, investigación y asesoría histórica en ficción y entretenimiento, así como la dirección de documentales. Su documental “Expósitos, los niños del torno” constituye un duro y minucioso recorrido por la historia del abandono infantil desde el siglo XVI hasta comienzos del XX. Su segundo documental como directora “Vivir a Oscuras” obtuvo el premio SOLIDARIOS EXTREMADURA 2016, y la mención especial del jurado del Premio Tiflos Nacional de Periodismo. Centrada en la divulgación histórica como contenido audiovisual, tanto en ficción como en entretenimiento, ha formado parte del equipo de I+D de Zeppelin Tv (Grupo Endemol) como asesora y guionista para desarrollo de formato de corte histórico. Inmersa en la investigación y desarrollo de su proyecto multiformato sobre la Conquista de América, en torno al que se articula una serie de ficción, un documental, y una novela histórica. Presentadora y guionista del programa de Historia de Telemadrid “Esto Es Otra Historia", colabora en el programa "La Historia en Ruta" de La Ser, acaba de terminar la serie documental "La Primera Vuelta al Mundo" sobre Magallanes y Elcano para Canal Historia y ha creado, desarrollado y dirigido el documental "Islas Menores del Mediterráneo", promovido por Casa del Mediterráneo.
Aquella tarde, Carmen me propuso un paseo diferente. Dice que Trujillo posee un encanto que atrapa, y es sin duda uno de los últimos lugares donde viajar a la Edad Media o al Renacimiento español. Es tan sencillo como recorrer sus calles, pasearlo con calma y dejar que suceda, cada recodo, cada calle te permite respirar historia viva, de un modo íntimo y real.
Y es que, Carmen asegura que hay mil historias ocultas entre las piedras sagradas de Trujillo, en los rincones de esos inmensos palacios y casas fuertes, en los que se tomaron decisiones que determinarían la Historia de lo que hoy es Extremadura y España.
Nos invita a realizar su paseo favorito por rincones verdaderamente mágicos y especiales para ella no tanto por la belleza indiscutible y el valor arquitectónico, artístico y patrimonial que poseen, sino por lo que realmente me conmueve a mi, que son las historias de quienes los habitaron, por las tribulaciones a las que se enfrentaron, por lo que se vivió dentro de aquellas paredes, eso es lo que le da vida a estos lugares y para mi eso es lo que humaniza la Historia convirtiéndola en algo cotidiano con lo que nos es fácil empatizar y sentimos cerca.
Sobre el Palacio de Juan Pizarro Orellana, Carmen nos cuenta que ahora es la Casa Madre de la Congregación religiosa de las Hijas de la Virgen de Los Dolores. Juan Pizarro Orellana, el que fuera uno de los hombres que participó en la conquista del Perú, lo compró a su regresó del Nuevo Mundo, y lo cierto es que este lugar fue una pequeña Casa de Contratación.
Más modesta que la de Sevilla, este palacio fue el lugar al que acudían aquellos que querían viajar al Nuevo Mundo. Aquel era el primer paso antes de cruzar el Mar Tenebroso rumbo a Perú.
Cuántos sueños se forjarían entre estas paredes, cuántas historias se narrarían sobre fuentes de oro, perlas gigantes y países de Canela.
Esas mismas historias que escucharía Miguel de Cervantes cuando se alojó en él, en su viaje de regreso de Lisboa tras reunirse con el rey Felipe II e informarle de su misión secreta, porque Cervantes fue espía de su graciosa majestad, si, y por cierto, Cervantes también quiso pasar a las Indias, pidió al Consejo de Indias algun puesto vacante para pasar a América con un cargo de funcionario, pero nunca se lo concedieron.
Cuesta arriba nos encontramos con el Palacio o Casa fuerte de Luis Chaves el Viejo, que fuera su colegio en la infancia. Dice que es un lugar mágico. Lugar predilecto de Isabel la Católica en Trujillo, estuvo aquí hasta en 5 ocasiones en Trujillo, aquí se alojaba, y aquí tenia a su principal valedor en Extremadura, Luis Chaves el Viejo.
Servía de protección a una de las puertas de la ciudad, desde aquí se controlaban las entradas y las salidas de la ciudad para protegerla de ataques. Luis Chaves el viejo, defendió a Isabel con uñas y dientes hasta el punto de que perdió a dos hijos durante las guerras de sucesión al trono de Castilla que enfrentaron a Isabel con su sobrina Juana la Beltraneja.
En este lugar, Isabel creció, y dio sus primeros pasos como reina de Castilla, se enfrentó a mil tribulaciones, desde aquí organizó los funerales del padre de su esposo Fernando, Juan II de Aragón, que se oficiaron en la Iglesia de Santa María la Mayor, en Trujillo.
Es por tanto un lugar muy presente en momentos decisivos de la vida de la reina, y por eso me parece fascinante, puedo imaginarme a Isabel recorriendo sus pasillos para reunirse con los capitanes que organizan las huestes, o a Fernando releyendo la carta que su padre le escribió antes de morir, en la que le pedía que “la justicia sobre todas las cosas sea el espejo de vuestro corazón”
No puede evitar llevarnos hasta La Puerta de la Coria, donde nos confiesa que es su rincón favorito de Trujillo. A la vista, a pocos metros está San Francisco el Real de la Coria y nos cuenta que este precioso edificio fue el Convento de San Fco El real de la Coria, por que estaba pegado a la puerta de la villa que daba acceso al camino que comunicaba la ciudad de Trujillo con Coria. ¿Por que es importante este edificio? Pues además de por su belleza, porque constituye el primer beaterio y mas importante de la ciudad, un beaterio era el lugar donde damas mujeres seglares se retiraban y vivían en la oración y/o contemplación.
En este lugar encontraríamos a las hijas de los más potentes linajes trujillanos convertidas en beatas.
Y aquí viene la Historia: una de ellas fue doña Beatriz Pizarro de Hinojosa, tía de Gonzalo Pizarro el Largo, este fue el padre de los Pizarro conquistadores: Hernando, Juan, Gonzalo, y Francisco. Parece que Gonzalo visitaba a menudo a su tía en este lugar, y en aquellas visitas debió fijarse en su doncella de cámara, Francisca Mateos, una de las criadas que despertó el interés del sobrino. Sobre cómo se produjo el encuentro hay muchas dudas, pero lo cierto es que Francisca quedó encinta perdiendo su empleo como criada y de esa unión nacería el que después seria conquistador del Perú, Francisco Pizarro. Gonzalo Pizarro “el Largo” quizás recibió ese apodo por la enorme descendencia que tuvo, ¡ojo!, fuera del matrimonio. Con su esposa Isabel Vargas, tuvo tres hijos: Hernando, Inés e Isabel. Fuera del matrimonio son hasta 7 los vástagos a los que dejó, a todos, incluidos en su testamento, salvo a Francisco Pizarro, el mayor, curioso, no?.
Otros lugares maravillosos son la casa natal de Francisco de Orellana, ahora convertida en hotel. Me gusta imaginar los juegos del niño Francisco de Orellana en el rellano de la casa, a los pies de la impresionante Iglesia de Santa Maria la Mayor, Orellana el que se convertiría en descubridor del Río Amazonas, traicionando a su primo Gonzalo Pizarro, en aquella expedición maldita al País de la Canela.
La Iglesia de Santa María la Mayor, que alberga en su interior los restos de los más poderosos linajes de Trujillo, y que luce hasta un escudo del Atlético de Bilbao, amén de proteger los restos de Diego García de Paredes, el Sansón Extremeño, que fue guardaespaldas de los Borgia, hombre leal al Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran capitán, y al que podríamos considerar una especie de superhéroe de los siglos XV y XVI, y al que admiraba profundamente Carlos V.
También me apasionan las historias de personajes anónimos que vivieron intramuros, desconocidos pero que tuvieron gran importancia en el dia dia de la ciudadela medieval, como los maestros artesanos de la seda, que debieron ubicarse en la calle Cambrones, donde hoy se sitúa el Hotel Boutique Dos Orillas.
Cambrones era el nombre que recibía la pieza de hierro fija a la caja de los telares que servía de guía a la lanzadera a la trama, imagina lo que aquello supondría para las damas de la nobleza trujillana, que detendrían sus carruajes frente a la fachada para contemplar los exquisitos tejidos que los maestros elaboraban en el obraje y que se convertirían en jubones, gorgueras, calzas, corpiños...
Pero todo esto, es solo un trocito de Trujillo, un paseo corto, imaginaos todo lo que alberga esta ciudad si nos aventuramos a recorrerla en profundidad.
Ponemos fin por el momento a este paseo histórico y lo hacemos en plena Plaza Mayor, sentados en una terraza donde paramos para descansar y reponer fuerzas mientras contemplamos el gentío, el leve bullicio que traspasa las mascarillas y que llena de vida la noble villa en su noche.