Turismo
Torreáguila, esplendor rural romano
En Barbaño, próximo a Montijo en la provincia de Badajoz, visitamos la impresionante Villa Romana de Torreáguila distante un kilómetro de la población. Para completar la visión de la vida romana que encontramos en la cercana Mérida es necesario conocer también el desarrollo de la vida en el entorno de una villa rural como esta, creada en un entorno rural posiblemente bajo la cobertura de Augusta Emerita aprovechando las ricas vegas del Flumen Ana (Río Guadiana).
Descubierto en 1984 de forma totalmente casual al realizar tareas de mantenimiento y acondicionamiento de una explotación agrícola, Torreáguila es una gran villa romana de unos 30.000 metros cuadrados original del siglo I de nuestra era.
Su uso se mantuvo ininterrumpidamente hasta el siglo IV, aunque hay constancia de que el lugar estuvo habitado hasta el siglo VII. La población estimada del asentamiento en su época de máximo esplendor debió rondar las 600 personas.
Cuenta con un área funeraria en la que se han encontrado restos óseos de multitud de individuos.
Talleres de cerámica y vidrio, granja, explotación agrícola, bodega, lagares, termas, habitaciones del personal de servicio, estancias residenciales para los propietarios… Este yacimiento es el único complejo romano que se conserva completo dedicado a la producción de vinos y aceites. Y todo ello estando excavado tan solo un tercio aproximadamente de su extensión.
No obstante, el entorno de la época romana fue bastante diferente al que hoy podemos contemplar. Para empezar, el río Guadiana pasaba más próximo a Puebla de la Calzada, estando más apartado de la villa de lo que está en la actualidad. El paisaje estaría salpicado de encinas, olivos y viñas y cultivos de cereales explotados por los propietarios de la villa.
Su situación era favorable para el comercio ya que se encontraba en las proximidades de dos de las calzadas romanas que unían Augusta Emerita (Mérida) con Olisipo (Lisboa), puerto natural y capital portuaria de Lusitania, distante unos 250 kms.. De hecho, el camino más rápido desde Mérida a Roma era a través del puerto de Lisboa.
Así, no es difícil dar rienda suelta a la imaginación. Cierro los ojos y recreo en mi mente una escena en la que cientos de personas trabajan en las tareas agrícolas obteniendo el fruto de la tierra bajo la atenta supervisión del propietario de la villa que bien podría haber sido un militar veterano. Puedo incluso imaginar como el trigo y otros cereales, las aceitunas, el preciado aceite, la uva y el vino son cargados en carros con destino, algunos al puerto de Lisboa desde donde zarparán hasta Roma y otros hasta Augusta Emerita donde se pondrán a disposición de los habitantes en los nundinae, las semanas romanas de ocho días en los que tenía lugar el mercado.
El yacimiento visitable supone un tercio del total estimado y según el Dr. Germán Rodríguez, quien la excavó en sus inicios, “lo mejor de TorreÁguila está aún por llegar”. Y todo eso teniendo en cuenta que las campañas de excavación arrojaron 11.000 piezas, la mayoría de las cuales se encuentran almacenadas en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz y otras en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.
Quizá la pieza más representativa de todas las recuperadas en este yacimiento es sin duda una fíbula (imperdible) aquiliforme clasificada por los expertos como de tipo “Cloisonné”, con la que he ilustrado la fotografía de portada. Se trata de una pieza de orfebrería hispano-visigoda de adorno personal que apareció en uno de los enterramientos y conservada en el MNAR de Mérida.
El paseo por los restos romanos está señalizado ya que se alternan vestigios de una primera fase de ocupación (siglos I y II) con los de la segunda época (siglos II y III) e incluso con los de una tercera fase correspondiente al siglo IV. Con posterioridad, con la invasión árabe, los ocupantes de la villa la abandonan. Tras la reconquista del lugar por las tropas cristianas del rey Alfonso IX en 1230, tiene lugar el hallazgo de una figura de la virgen conocida como la Virgen de Barbaño.
En torno a la Villa Romana de Torreáguila se celebra anualmente y antes de la pandemia el Festival Amnis Callis en el que se trataba de recrear la vida y divulgar determinados aspectos relacionados con la época romana. Este festival se celebró solo a modo representativo el pasado año y espero que pronto se recupere incluyendo de nuevo la representación de alguna obra de teatro clásico en el entorno de la villa romana.
Los restos pueden visitarse concertando previamente una visita para lo cual hay que comunicar con el teléfono 924 440 431 o enviar un correo electrónico a ayuntamiento@barbano.es