Turismo
Burguillos, por los siglos de los siglos
No sé muy bien por qué extraña razón la historia de las órdenes militares medievales españolas ejercen sobre mí un poderoso influjo. Además de leer algunas novelas y otros volúmenes en casa relacionados con el tema, me he “chupado” literalmente películas como la saga de Indiana Jones, “Templario”, “Arn” y series completas como “Knightfall”, con las que he disfrutado plenamente consciente de que son un producto de entretenimiento alejado del menor atisbo de rigor histórico.
Por ello, quizá, pasear por lugares como Jerez de los Caballeros, viajar hasta la Ermita de Belén en Almorchón o sentarme a ver amanecer en la de Santa María del Valle en Valverde de Burguillos, lugares todos ellos marcados con una importante huella templaria, me trasladan a un ensueño casi quijotesco que me hace viajar a través del tiempo y empaparme de cada pared, cada piedra, cada muro que permanece en pie.
Así, hace poco visité de nuevo Burguillos del Cerro. Esta vez lo hice para escuchar una ponencia en las Jornadas de Patrimonio de la Comarca que la Mancomunidad había organizado. Mi amiga Alicia Prada hablaba sobre el Megalitismo de la zona justo la semana que publiqué un reportaje sobre el Menhir del Rábano en Valencia del Ventoso.
El lugar donde se celebró la jornada del Sábado era la Iglesia de San Juan Bautista que, hasta ese momento, no conocía. Y claro, llegar y conocer ese edificio tan ligado a la Orden del Temple, me “voló la cabeza” textualmente.
Al acabar, paseé por el lugar para conocerlo y volví con un puñado de fotografías y una historia que investigar, la de un enclave con una historia tan rica como apasionante. Los datos que he conseguido se basan en el estudio de Victor Gibello, uno de nuestros mejores arqueólogos.
El primer uso religioso lo tuvo en época visigoda, cuando entre los siglos VI y VII se levantó una iglesia de la que existen algunos vestigios. Su función permaneció hasta la invasión islámica de la Península Ibérica.
En el primer cuarto del siglo X, el edificio preexistente es adaptado por los musulmanes para instalar una zawiya, una suerte de monasterio y escuela religiosa islámica. Próximo a ella existió una rabita, tumba de un santón musulmán y una maqbara o cementerio. Su adscripción a la religión islámica se mantuvo entre los siglos X y XIII.
Con el paso de estas tierras a manos cristianas, se establece en Burguillos del Cerro la Orden del Temple, como recompensa a la ayuda prestada en la reconquista de los territorios extremeños, devolviendo al culto cristiano el solar ocupado por la zawiya y la rabita. Esta última pasó a ser capilla y fue consagrada a San Juan Bautista. La maqbara se reaprovechó instalando sobre ella un cementerio cristiano. Y por la técnica del sincretismo se “reeducó” religiosamente a los naturales de la zona para que fuesen a orar al mismo lugar a un dios distinto.
El espacio continúa con su uso religioso cristiano entre los siglos XV y XVI, siglos en los que se realiza la ampliación de la cabecera y la edificación de un cuerpo de campanas. Posteriormente, en el siglo XVIII se construyen dos nuevas capillas y al final de este mismo siglo, en el año 1797 se abandona el templo y su uso queda limitado al del cementerio que se había puesto en uso en época templaria, cementerio que se mantendrá hasta el año 1908.
Hay también noticias de la eliminación de tres de las naves de la iglesia y de la construcción de tres capillas hacia el siglo XIX.
Resulta apasionante visitar un lugar con catorce siglos ininterrumpidos de historia. Pocos hay como este, y pocos hay como el conjunto histórico de Burguillos del Cerro, que anoto con cariño en mi cuaderno de bitácora y en la agenda de próximas paradas con más detenimiento.
Quizá la culpa (bendita) de esta fascinación por el mundo templario y militar medieval sea de mi padre. Un día que apareció en casa con el estudio heráldico de los apellidos, más por curiosidad que por darse pompa, y descubrí con asombro que mi apellido estaba vinculado a la Orden de Santiago (Cruz de Santiago en gules sobre campo de oro). O quizá fue mía cuando en 2022 pedí que me invistieran como Caballero de la Orden de Alcántara en el mismo Alcántara. En fin, “enreaó”, como diría mi abuelo, que es uno.
Por ello, os recomiendo dos lecturas que he seguido para documentarme:
San Juan Bautista de Burguillos del Cerro (Víctor Gibello)
Y por último, las fotografías del interior: