Por los siglos de los siglos...

Hace milenios un grupo humano tuvo un sueño, el de perpetuar su vida más allá de la muerte. Para ello crearon impresionantes enterramientos con un esfuerzo titánico y sin apenas herramientas. Ese sueño se extendió. Probablemente no les llevó a ningún lado después de dejar el mundo de los vivos pero al menos les hizo soñar, plantearse que no hay nada imposible si al menos no lo intentas y lo trabajas con ganas, con pasión, con una profunda creencia.

El Dolmen de Lácara en la provincia de Badajoz, es uno de esos edificios funerarios de la cultura megalítica que da fe de lo que os cuento. Hace cuatro mil años seres humanos se unieron para acometer esta sorprendente obra y hoy nos desafía recordándonos que el esfuerzo y tesón siempre tienen su fruto.

Se trata de un sepulcro de corredor datado entre el Neolítico y el Calcolítico lo que supone una antigüedad entre 3 y 4 mil años. Su uso se extendió como cámara funeraria durante la Edad del Bronce. Se construyó con grandes lascas de granito extraídas de las canteras que existen en la comarca por medios muy rudimentarios pero bastante precisos. La cámara presenta aún una de las piezas completamente intacta de aproximadamente 5 metros de altura.

Su uso se extendió durante siglos habiéndose encontrado en el lugar restos de cerámica romana. Sabemos que fue utilizado por pastores a lo largo de su historia hasta que finalmente algún energúmeno embelesado por la posible existencia de un tesoro dinamitó el dolmen destrozándolo y dejándolo con el aspecto actual que, dicho sea, tampoco es tan malo. En las proximidades existe otro túmulo que se correspondería con un segundo dolmen, probablemente intacto ya que no fue dinamitado y que espera pacientemente que se pueda intervenir en él.

Hoy también, dividiendo la edad del dolmen de Lácara por mil, cumplimos en MiExtremadura cuatro años de existencia. Y nuestra historia, quienes la conocéis, tiene algunas connotaciones comunes. Un grupo de apasionados humanos que deciden crear algo bonito con esfuerzo, con ganas y con la profunda creencia de que los rincones de nuestra región merecen ser difundidos con las mejores imágenes. No lo hicimos para ser recordados. De echo es una publicación digital y probablemente dentro de unos siglos no nos haga ver la luz de nuevo ningún arqueólogo. Pero hoy estamos aquí. Desde hace cuatro años estamos aquí. Y aquí seguiremos transmitiendo nuestra pasión por una de las regiones más hermosas que puedas conocer.

Un año más tengo la fortuna de poder agradecer, y lo hago con todo mi corazón, en nombre propio y en el de mis compañer@s, a las personas que han hecho posible que podamos viajar y documentar, quienes han aportado algún dato, alguna fotografía o incluso su imagen para que nuestro trabajo brille con su ayuda, a l@s lector@s y seguidor@s. A tod@s ell@s gracias.