Texto y fotografías de: Diego J. Casillas Torres
18 February 2025 | Fuente: www.miextremadura.com
El libro del Eclesiastés dice que “los caminos de Dios son misteriosos, como la senda del viento…”. Sin embargo, los que se me antojan hoy verdaderamente misteriosos, y de narices, son los caminos del Mudéjar. Mucho más. ¿Por qué?. Sencillo. Tradicionalmente se ha definido este estilo artístico arquitectónico como una combinación de las corrientes artísticas cristianas, en especial la románicas, gótica y renacentista con las que los musulmanes habían traído a la península ibérica. El término mudéjar también se utiliza para referirse a los musulmanes que se quedaron viviendo en las zonas reconquistadas por los cristianos. También estaban los Moriscos, los Mozárabes, Moros...
Y como todo esto es un lío, empezaremos por el principio aclarándolo todo. Curiosamente el término Mudéjar tiene una connotación despectiva. Traducido de su origen árabe significaría “domesticado”. Luego están los Mozárabes que, al contrario que los mudéjares, son los cristianos que vivían en las zonas musulmanas. También es un estilo arquitectónico. Por otro lado tenemos a los Moros, que lejos de ser originalmente un adjetivo despreciativo, que son los naturales de los pueblos del norte de África como almorávides y almohades. Los Árabes son los naturales de la zona del sudoeste asiático, por lo que un moro y un árabe no son lo mismo. Nos quedan por último los moriscos que son los musulmanes que después de 1492 se quedaron en España hasta su expulsión a mediados del siglo XVI. Conviene aclarar por último que Musulmanes son siempre los seguidores de la religión islámica, procedan de la etnia que procedan y vivan donde vivan, da igual que sea en Damasco o en Retuerta del Bullaque.
Y es que este lío de etnias lleva parejo otro lío, que es el de las expresiones culturales y artísticas, lo que se traslada a la dificultad de catalogar los diferentes estilos arquitectónicos y artísticos. Se defiende la teoría desde hace ya bastantes años de que el Mudéjar es una combinación de elementos estilísticos y técnicas de arquitectura románica e islámica pero algunos autores no llegan a identificarlo como un estilo. Otros piensan que el Mudéjar es un invento y que la confusión la provocó el historiador José Amador de los Ríos, en 1859, refiriéndose al “estilo mudéjar” por primera vez. También hay quien piensa que el arte que llamamos mudéjar es un “gótico o románico de ladrillo”. Otros hablan, en lugar del estilo Mudéjar, de arte y arquitectura con inspiración andalusí o arte andalusí en sí mismo. Lo cierto es que el “estilo mudéjar” o andalusí, como gustes en llamarlo, es único y constituye un signo de identidad hispánico cien por cien.
Lo que sí parece innegable es cierta admiración hacia el arte y la cultura islámica por parte de ciertas élites cristianas que lo incorporan no solo a las construcciones sino que también lo convierten en una corriente artísticocultural que se extienden por toda la península. ¿Moda tal vez? Anecdóticamente te cuento que el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, murió en 1247 y fue enterrado con una suntuosa mortaja que llevaba inscripciones decorativas árabes. ¿Había desprecio entonces?. La respuesta entiendo que es no, con matices. Habría quien despreciase y quien apreciase, como siempre.
Todo esto nos lleva a pensar, de forma clara, en un hibridismo entre ambas cultura. ¿Y qué hay más bonito que unir dos culturas de pueblos tan diferentes?. Se llama enriquecimiento y ocurrió (nos ha ocurrido siempre) cuando España ni siquiera existía, cuando no era ni una simple idea en la cabeza de nadie, cuando el mismo territorio o ocupaba un cúmulo de coronas que pugnaba por apropiarse de los vecinos. Esto que algunos llaman Mudéjar y otros Gótico o Románico de Ladrillo, se desarrolló entre los siglos XII y XVII en nuestro país.
A mí, que algunos expertos consideren que el Mudéjar no se sostiene como estilo artístico propio, sinceramente me trae al pairo. Solo tienes que plantarse delante de la torre de la iglesia de Granja de Torrehermosa y después hablamos. Y todo ello sin salir de la provincia de Badajoz, porque en Cáceres hablaríamos, por ejemplo del Monasterio de Guadalupe.
No quiero llevarle la contraria a nadie, los dioses me libren de tamaña afrenta, pero te aseguro que después de recorrer la provincia de Badajoz y haber estado delante de todas sus iglesias y muchas ermitas pienso lo mismo que después de ver El Turuñuelo, La Mata o Cancho Roano: que es un estilo propio, una cultura propia que parece tener una identidad muy definida, algo que quizá no podamos, debamos o sepamos encuadrarlo en ninguna otra marca.
Por todo esto se me ha antojado hacer un recorrido por algunas de las muestras del Mudéjar (yo sí voy a llamarle Mudéjar porque el nombre completo no me cabe en el titular) que he ido encontrando por la provincia de Badajoz, alguna de ellas me han parecido incluso impactantes.
¡Vamos allá!
Conocida como Nuestra Señora de la Jara en la actualidad, tiene el triste honor de ser la mejor demostración del daño que un terremoto, como el de Lisboa de 1755, puede provocar. Fue levantada en el siglo XVI. El ábside se desplomó por completo y muchas grietas, actualmente visibles, cubrieron su fachada. Se conserva el primer tramo del edificio que fue la parte que sobrevivió al temblor.
Probablemente fue la primera parroquia que tuvo la población en torno al siglo XIV. Su interior usa el ladrillo de forma profusa, en arquerías y bóvedas. Es la única de origen medieval que se conserva en la localidad y también la única de estilo Mudéjar de Aceuchal.
Edificada en el siglo XVI a base de ladrillo y mampostería ofrece una fachada de marcado estilo mudéjar. Tiene una bonita portada de piedra tallada.
Goza de la declaración de Monumento de Interés Histórico Artístico. Su estilo se enmarca dentro del Gótico-Mudéjar y se construlló entre 1508 y 1550. La construcción a base de ladrillo y argamasa de cal es un signo del empleo de mano de obra morisca. Si te paseas por ella en primavera disfrutarás además de un auténtico festival de vencejos.
A la sombra del castillo de Don Álvaro de Luna se levantó este templo que en torno al siglo XV. Está considerado también de factura mudéjar. Su interior es de marcado estilo gótico con arcos ojivales y algunos de medio punto y también imaginería y pinturas de autores desconocidos.
Próximo a Cabeza del Buey, de la que es pedanía, se encuentra Almorchón. Su castillo se construyó en el siglo XV en un risco casi inexpugnable sobre los restos de uno anterior de factura musulmana. Sus tres torres cilíndricas y la del homenaje de forma pentagonal le conferían un importante valor estratégico como punto de observación. Lamentablemente su estado es de ruina y se encuentra en el interior de una propiedad privada.
Pertenecería a los últimos tiempos de esta expresión arquitectónica, sobre el siglo XVI, y durante los siglos posteriores sufrió importantes cambios. Es un templo pequeñito pero curioso, llamativo quizá, con tres portadas que corresponden a tres estilos diferentes.
Su remodelación reciente es, para mi gusto, muy inadecuada. Una reconstrucción que deja todo como nuevo pero con materiales actuales dista, en mi opinión, de ser una rehabilitación. El efecto Exín Castillos es bastante notorio pero no por ello voy a dejar de mencionarla. Se edificó en el siglo XV y es llamativa por sus almenas y torre que le confieren un carácter de templo-fortaleza.
Es una verdadera preciosidad. El contraste entre las paredes encaladas, la piedra y el ladrillo, crea un efecto llamativo y atractivo. Se levantó en el siglo XV con un marcado estilo mudéjar. Se celebró en ella el Capítulo General de la Orden de Santiago en el que se eligió Maestre General a Alonso de Cárdenas.
Seguiremos ocupándonos de la estela mudéjar en la provincia de Badajoz.