CADALSO (de Gata). Historias muy reales.

Confesamos llanamente el “mal rollo” que nos daba este nombre antes de visitar la población cacereña. Nos alivió un poco descubrir otras acepciones de la palabra que procede etimológicamente del latín cadafalcum referido no solo al patíbulo en el que se administraba la pena capital de modo ejemplarizante para la población sino que también es un escenario ocasional para determinados actos religiosos en mitad de una iglesia con diferentes decoraciones según el personaje principal o, si se levantaba en la plaza de un pueblo, para recibir visitas de enjundia y otros actos solemnes.

Pero la historia es la que es y no podemos negarla ni modificarla por cuestiones éticas, estéticas o de corrección política. Tendemos a juzgar la actitud de las generaciones que nos precedieron como actos de salvajismo y, cierto es visto desde nuestra óptica contemporánea, el respeto a la vida, los valores que la tortuosa historia de la humanidad nos ha proporcionado a base de tanto horror, pero no debe hacerse este juicio atendiendo a la mentalidad y los hechos de un momento histórico concreto. Nos gusta recordar que un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, lo dijese Napoleón, Confucio o Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana a quienes entre otros se atribuye esta frase, nos da igual. Y lo cierto es que el terrible pasado apunta a que en este lugar se ejecutaban a los sarracenos capturados en las razias durante la reconquista en un cadalso levantado a tal efecto.

El paisaje que rodea al pueblo es montañoso, típico de la Sierra de Gata, precioso, verde oloroso, con el Río Árrago a sus pies. Poblaciones vecinas son Descargamaría y Santibáñez el Alto. Y es que los árabes que se asentaron en la Sierra de Gata, lo hicieron atraídos por la belleza del paisaje y sus enormes recursos naturales. Fortalezas como la de la Almenara, Eljas, Santibáñez el Alto, Trevejo y algunas más, dan fe del interés de los pueblos del sur, quizás maravillados por la abundancia de agua y la fertilidad de sus tierras. Cultivos como la vid y el olivo, ya explotados en este mismo lugar por los romanos, han supuesto durante muchos siglos, y aún continúan haciéndolo, un importantísimo recurso económico y alimenticio.

El salmantino Alfonso XI sintió también debilidad por estas tierras en el siglo XIV. O quizás fuese por las ejecuciones ya que el apodo del Justiciero no era casualidad sino que le venía dado por el tesón en ejecutar a cuantos no se le sometían, especialmente los nobles entre los que sembraba el pánico y el terror plasmado en “El Romance del Prior de San Juan y Alfonso XI”.

Alfonso XI contrajo nupcias con Constanza Manuel que no consumó y anuló. Casose después con María de Portugal, hija de Alfonso IV de Portugal, teniendo dos hijos: Fernando, que murió antes de cumplir un año en extrañas circunstancias y Pedro I de Castilla (El Cruel) que también fue mandado asesinar por otro hermanastro Enrique II, Conde de Trastámara. Pero ... ¿de dónde había salido este hermanastro, Enrique II?.

Veamos, como fuera que el monarca pasaba mucho tiempo en Cadalso motivado por su afición a las cacerías de jabalíes y osos que gustaba celebrar por la comarca, estableció residencia en una casa, denominada hoy CASA DEL REY, ubicada en la esquina de la Plaza con la Calle del Chorro. El lugar estaba perfectamente dotado para las largas estancias reales del rey, su descanso y reposo y ... actividades amatorias. Para ello contaba con Leonor de Guzmán con la que mantuvo una relación muy prolífica ya que en Cadalso ambos engendraron (y suponemos que nacieron) ni más ni menos que diez hijos: Pedro de Aguilar, I señor de Aguilar de Campoo, Liébana y La Pernía, Canciller Mayor de Castilla; Sancho Alfonso de Castilla (el mudo) I señor de Ledesma, Béjar, Granadilla, Montemayor, Galisteo, Salvatierra … Señor de Cabrera y Ribera y Alférez del Rey; Enrique II de Castilla, Señor del Condado de Noroeña, Conde de Trastámara, Señor de Lemos y Sarria, fundador de la Casa de Trastámara; Fadrique Alfonso de Castilla, gemelo del anterior, Maestre de la Orden de Santiago, Señor de Haro, adelantado mayor de la frontera de Andalucía y Camarero Mayor del Rey; Fernando Alfonso de Castilla, I Señor de Ledesma, Haro, Béjar, Granadilla, Montemayor, Galisteo, Salvatierra …; Tello de Castilla, I Señor de Aguilar de Campoo, Castañeda, Berlanga, Monteagudo y Señor Consorte de Lara y de Vizcaya; Juan Alfonso de Castilla, I Señor de Jerez de los Caballeros, de Ledesma, Salvatierra, Montemayor, Miranda, Galisteo y Granadilla; Juana Alfonso de Castilla, I Señora de Medina de Rioseco, Tordehuos, Paredes de Nava …; Sancho de Castilla, I Conde de Alburquerque y I Señor de Ledesma, Haro, Briones, Belorado, Cerezo, Alba de Liste, Medellín, Tiedra y Montalbán, Alférez Mayor del Rey Enrique II de Castilla y por último Pedro Alfonso de Castilla al que no le dio tiempo a ser nada para referir en los libros de historia antes de que su otro hermano Pedro (el de Aguilar) lo mandó matar, al igual que hizo con sus otros hermanos Fadrique y Juan Alfonso.

Aún no se habían inventado los "culebrones" pero son historias muy reales que dotan de un importante interés a Cadalso. Estar donde se ha generado tanta historia, tantos sucesos, nos ofrece la posibilidad de ocupar el mismo espacio que otros ocuparon hace siglos y, verdadermente, merece la pena porque podemos disfrutar de la misma riqueza y los mismos recursos que esta población tenía. Madrugar, pasear por las pintorescas calles, descubrir rincones e historias escuchadas a sus pobladores, hospitalarios y entrañables. Una delicia de lugar, fresco en verano, con varias piscinas naturales, un generoso entorno, multitud de senderos para recorrer sus montes y bosques, y reponer fuerzas al final con la más exquisita gastronomía de la Sierra de Gata.

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