Casa del Anfiteatro · Mérida

Cuando se habla de Augusta Emerita pensamos en sus magníficas construcciones como los edificios de espectáculos, el puente romano, el Templo de Diana o el acueducto de Los Milagros. Sin embargo, para comprender mejor cualquier ciudad del pasado debemos acercarnos a las personas que la habitaban y, una manera de hacerlo es a través de los restos arqueológicos que nos quedan de sus viviendas.
 

Visitar la Casa del Anfiteatro de Mérida, llamada así por su proximidad con el anfiteatro, es toda una experiencia para cualquier persona porque el recorrido es totalmente accesible a través de las pasarelas instaladas, que nos permiten recorrer el recinto arqueológico sin dañar las estructuras de la casa o sus imponentes mosaicos.

Acceder a esta área arqueológica de la ciudad es un regalo para los sentidos porque vamos a encontrar restos de la muralla, pero también, conducciones hidráulicas relacionadas con el acueducto de Rabo de Buey – San Lázaro, una torre de decantación y una cabeza de león realizada en granito, en uno de los laterales de una de las conducciones, siendo uno de los elementos más llamativos para quienes visitan el espacio.

Un poco más adelante encontramos otras estructuras asociadas al agua, como son el hipocausto y una pileta de unas termas privadas que no pertenecen a la casa del anfiteatro, sino a otras viviendas que existieron en la zona.
 

Por fin accedemos a la casa del anfiteatro y desde aquí, ya podemos ser conscientes de las dimensiones de la misma, pues la pasarela de metal se proyecta varios metros delante de nuestros ojos que, dicho sea de paso, se fijan en el hermoso patio ajardinado rodeado de mosaicos geométricos, que no son más que la antesala de todo lo que vamos a observar.
 

Son varios los mosaicos que nos dejarán fascinados por su belleza y complejidad porque, aunque la mayor parte de ellos diseños geométricos, también encontramos bellos ejemplos como el “Mosaico de la Vendimia” o el de “Venus y Cupido”, en la misma habitación. El primero llama la atención por su dinamismo: pájaros comiendo de las plantas, niños vendimiando y transportando uvas, tres hombres pisando uvas mientras el mosto se almacena en pequeñas ánforas…
 

Continuando el recorrido seguimos disfrutando de bellos mosaicos geométricos en los diferentes pasillos y estancias de la vivienda, incluyendo un gran vestíbulo en el que destacan tres mosaicos con elementos circulares de gran belleza en el que dos de ellos parecen estar girando alrededor de un elemento floral central.
 

Y por fin, el “Mosaico de los Peces”, sin duda el que más expectación e interés despierta por el tamaño, complejidad y la cantidad de animales marinos que en él aparecen reflejados, aunque por desgracia otros están desaparecidos.

Todo lo visto hasta ahora, y a falta de continuar la excavación de la vivienda, porque la misma no está concluida, queda claro que esta vivienda localizada extramuros de la ciudad, al igual que la casa del Mitreo, pertenecieron a alguna familia de cierta relevancia, pues no todo el mundo podría permitirse estas decoraciones en los suelos y en las paredes, porque si prestamos atención, todas las estancias y pasillos cuentan con restos pictóricos.
 

No podemos abandonar el recinto sin mencionar la gran cantidad de enterramientos que se localizaron en la zona. Hay que tener en cuenta que los romanos enterraban fuera de la ciudad, cerca de los caminos que daban acceso a las ciudades y esta parte de Augusta Emerita, no sería una excepción.

Antes de salir del recinto merece la pena acercarse al monumento funerario del “Dintel de los ríos”, pieza aparecida en los años 90, hoy expuesta en el Museo Nacional de Arte Romano y que tiene gran importancia pues en ella aparecen reflejados los dos ríos de Mérida, el Guadiana (Ana) y el Albarregas (Barraeca).

Si tienes ganas de conocer más sobre la casa del Anfiteatro y otros lugares de Mérida, será un placer acompañarte. Soy Pilar Fuentes, Guía Oficial de Turismo de Extremadura, y me encontrarás en meridaymas.com