El Cancho que se menea, Sol, Superluna y estrellas

El 21 de Junio tenía que subir a fotografiar la salida de sol, la puesta de sol y el cielo nocturno a un precioso lugar de Extremadura donde no había estado antes: El Cancho que se menea. A los peques, esta denominación parece hacerles mucha gracia por lo que es un gancho perfecto para llevarlos de excursión y hacer que conozcan mejor Extremadura.

La piedra en cuestión es un megalito prehistórico, originalmente compuesto por tres piedras de distintos tamaños, colocadas con o sin la intervención del hombre y que permite la oscilación de la piedra de mayor tamaño. Realmente lo era.  El día 19 de Junio de 1937, lo de menearse debió hacerles mucha gracia a los soldados/cafres de una compañía del Regimiento de Las Navas que decidieron derrocar el monumento para probar “su valentía”. En fin…

El caso es que el punto, situado a casi 1000 metros de altitud, es un lugar fascinante. Había oído hablar de él en numerosas ocasiones pero siempre se me resistía. Incluso en una ocasión, casi engañado, me quedé a medio camino del ascenso a pié desde Arroyomolinos de Montánchez vencido por el cansancio.

Después de esperar el día, lamentablemente no pudo ser. Las nubes del mes de Junio y el mal tiempo, tormentoso, no animaban a la excursión ya que no podría hacer lo que quería (que es lo que quiero mostraros hoy).

Finalmente, cielo, nubes, luna, estrellas… se prepararon para vivir una de las noches de San Juan más bonitas que recuerdo. Me aproximé con el coche hasta pasado Montánchez (CC). A través de una carretera primero y una pista después, bien señalizado todo, llegué hasta la entrada de una finca privada en la que pude dejar el coche. A menos que dispongas de un buen 4x4, no es aconsejable pasar de ahí motorizado. Recogí mis cámaras, trípodes y algunas viandas para reponer fuerzas y afronté la subida por una pista asfaltada llena de socavones hasta llegar al lugar donde se encuentran las antenas del Centro Emisor.

Bordeando las antenas por un camino, llego al Cancho. Las vistas son generosas, tanto que constituyen la mejor recompensa porque, de repente, me encuentro en uno de esos lugares donde siento como el viento tropieza en mi cara, suave, invitándome a ver la puesta de sol y la salida de la Luna.

Dispuse trípodes y cámaras y me preparé para el espectáculo. Resulta curioso observar la alineación del Sol en su ocaso entre dos de las piedras que componen el conjunto megalítico. En ello estaba cuando, al girar la vista atrás, veo como una enorme Luna empieza a aparecer por el horizonte en el punto opuesto al ocaso. 

Con la moda de poner nombre a estos fenómenos, esta resulta llamarse “Superluna de Fresa”, parece ser que debido a que marca el inicio de la campaña de recogida de esta fruta veraniega. La próxima superluna será en Julio de 2022.

Aproveché finalmente el momento en que la hora azul caía y la Luna no había ganado aún suficiente altura para fotografiar algunas estrellas. Está claro que no es noche para ver la Vía Láctea pero, en lugares como este, aún pueden verse una buena pléyade de astros.

No hace falta luz para volver, la superluna lo ilumina todo esta noche. Feliz, satisfecho, inicio la bajada con la ilusión de llegar a casa para ver el resultado de esta sesión fotográfica.

El Cancho que se Menea puede visitarse libremente. No tiene hora de apertura ni cierre y se encuentra en una propiedad privada en plena sierra, en un entorno natural de gran belleza. Si decides visitarlo, sé respetuoso con el lugar y observa todas las precauciones necesarias para que siga estando así otros tantos miles de años más. En verano es recomendable visitarlo al atardecer. La altitud y el viento hacen que sea una excursión muy agradable.

Cómo llegar: Click aquí para ver el lugar en Google Maps y planificar tu visita.