Ángeles Malos de Talaván · 392 años de olvido a punto de finalizar

Es difícil aventurarse sobre cosas tan poco conocidas y que siguen siendo un enigma. Los conocidos como “Los ángeles malos de Talaván” forman un grupo pictórico que decora la base de la cúpula de la Ermita del Santo Cristo de Talavan. Compuesto por 21 extrañas criaturas con aspecto fiero acerca de las cuales no ha sobrevivido ninguna explicación. Se trata de querubines alados, de aspecto infernal que muestran una expresión agresiva, con dientes afilados y expresión terrorífica, tocados con un gorro con forma de capirote jaspeado y rematado en una especie de borlón en color rojo.

Los autores de “Talaván y su Territorio”, José Antonio Ramos Rubio y Oscar de San Macario Sánchez interpretan que estas almas pertenecen a réprobos con destino al infierno. Aportan también Ramos y San Macario  que los gorros, si bien enigmáticos, son de apariencia festiva, a modo de capirote penitencial.

El estado del recinto es de ruina tal que amenaza a la integridad del conjunto. Afortunadamente para el edificio la escasez de lluvias estos últimos años jugado a favor de su conservación. No obstante el progreso del deterioro es imparable y podría terminar con este interesante conjunto del que no conocemos referencias en otros lugares. El edificio, como decimos, mantiene únicamente la cubierta piramidal sobre la cúpula que contiene estas pinturas pero son otras muchas las representaciones en forma de esgrafiados que se reparten por la nave sin cubierta, como las conocidas como “el hombre gato”, un curioso tipo tocado con un sombrero parecido a un bombín, bigote retorcido y aspecto felino o la no menos sorprendente “dama momia” como la hemos visto referida en algún lugar, una mujer con un aspecto realmente fantasmagórico.

La Ermita fue construida a mediados del siglo XVI de forma muy modesta y estuvo en uso no demasiado tiempo debido a que su estado entró en ruina muy pronto. Entonces el recinto fue transformado en camposanto que permaneció en funcionamiento hasta el año 1928, fecha en la que se inauguró el actual cementerio municipal. El paso de los años, la falta de cuidado de este recinto y su falta de uso son responsables de una parte de su actual estado. El resto se lo debemos a algunos individuos que han visto divertido complementar las pinturas de la ermita queriendo perpetuar sus nombres grafiteados con estridentes colores.

Según las investigaciones del arqueólogo José Julio García Arranz basadas a su vez en un estudio realizado acerca de la pintura roja con la que fueron representados los capirotes y las bocas con dientes fieros, esto fue una incorporación que se realizó con posterioridad a 1929. En esa fecha se abandona el uso del recinto como cementerio y el misterio envuelve al lugar. Bueno, quizá más que el misterio, la dejadez y falta de vigilancia propician que algunos realizasen su particular aportación a la obra artística que no eran más que un conjunto de ángeles normales y corrientes, con dulce semblante, transformándolos en lo que hoy vemos. ¿La intención? Probablemente esa, la de añadir enigma, confusión y un aspecto lúgubre que alejase a curiosos malntencionados de un cementerio situado a las afueras del pueblo y sin uso.

A pesar de que se han aprobado fondos para una primera actuación, esta no termina de llegar. Hace pocos días estuvimos visitando el lugar y continuaba exactamente igual. Con todo, con su misterio o sin él, el lugar es interesante y cuenta con la antigüedad necesaria como para no dejarlo caer. Los fondos están ahí y solo queda actuar para frenar el avance del deterioro. Ojalá sea cuanto antes.

Cómo llegar (click aquí para ir a la localización en Google Maps)