26 February 2019
Hace ya más de un mes que fuimos testigos de como todo un pueblo vibraba al grito de "¡Viva San Antón!". El 17 de Enero en Navalvillar de Pela todo se detiene. No hay cosa más importante para sus habitantes que ejercer la secular devoción que profesan al santo Antón desde que, según la leyenda, tras encomendarse a él, los hombres del pueblo montaran en sus caballos y mulas para armar gran alboroto mientras encendían grandes hogueras tratando así de asustar a los "moros" que sitiaban el pueblo. Los invasores mordieron el anzuelo y creyeron que la población estaba fuertemente protegida por una tropa numerosa, desistiendo así del ataque previsto. Cada año, por esta fecha, se repite la gesta pero sin sitadores ni miedo, sino con gran jolgorio para celebrar la fuerza de todo un pueblo. Esta es la leyenda. La realidad, juzguen ustedes porque hay más versiones y, puestos a pensar en fiesta, nosotros nos quedamos con esta que es la que más les gusta a l@s peleñ@s.
Casi se nos olvida nombrar el particular vino de pitarra y los deliciosos biñuelos, que no buñuelos, con los que se obsequia a todo humano que transite por las calles durante la fiesta, aunque el mejor regalo que nos trajimos de Pela fue, sin duda, la hospitalidad y el cariño de todos con los que nos cruzamos.