Texto y fotografías de: Diego J. Casillas Torres
22 July 2021 | Fuente: www.miextremadura.com
Esa es la sensación con la que anoche, después de ver el estreno de HIPATIA DE ALEJANDRÍA, abandoné el recinto del Teatro Romano de Mérida. Bueno, esa y otras dos más de las que os hablaré más adelante. Porque es importante reconocer nuestros errores grupales, el rumbo errático que lleva fijada la sociedad con un incremento de la crispación, violencia, falta de empatía... Y es sobre todo eso sobre lo que Miguel Murillo, en un brillantísimo texto que no tiene deperdicio, nos propone reflexionar. Centrándose en la figura de la filósofa alejandrina, Murillo repasa la frustración y falta de cultura que conduce al despotismo y la violencia, al inmovilismo. También pone el foco en el papel de la mujer que no se resigna a una vida programada e impuesta por las costumbres y usos sociales, de la mujer que quiere conocer más aún a riesgo de perder su propia vida. Hipatia de Alejandría es la última víctima de violencia de género, la última inmigrante ahogada en el Mediterráneo o llegada en una patera, la última familia desahuciada porque no puede pagar el alquiler o la hipoteca, Hipatia de Alejandría es también Samuel, asesinado hace solo unos días por ser diferente. El texto, precioso, debería empezar incluso a ser imprescindible en la enseñanza secundaria si queremos evitar que el odio termine conquistando nuestra sociedad.
Pasando a cuestiones teatrales diré que resulta obvio decir que uno va al teatro para ver teatro, pero no siempre es así. Esa era la segunda reflexión. Con Hipatia de Alejandría, una compañía extremeña, De Amarillo Producciones en coproducción con el Festival de Mérida, planta un nuevo hito en el Teatro Romano de Mérida, pero no uno más. Un hito de teatro serio, honesto, donde nada hace agua y donde todo funciona. Un hito con la palabra TEATRO en mayúsculas, que sucederá al anterior Tito Andrónico de Teatro del Noctámbulo, conformando una especie de mano de cartas con pocos naipes pero que sirve para jugar una partida al teatro de calidad.
La tercera cuestión que iba yo pergeñando en mis pensamientos era la del teatro extremeño. El teatro de nuestra región se ha ganado por derecho contar con dos funciones dentro del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, eso es indiscutible, pero... ¿Valoramos convenientemente los extremeños nuestras artes escénicas?. Me refiero no solo a las compañías, sino también a nuestros dramaturgos, como Miguel Murillo, técnicos, escenógrafos y toda esa pléyade que hace posible que la magia del teatro nos cautive en noches como la de ayer.
Por ejemplo, la productora, De Amarillo Producciones dirigida por Gema González (también actriz), ha realizado un esfuerzo considerable para ofrecer una apuesta diferente dentro del teatro clásico, con un estreno absoluto ya que el texto está realizado por Miguel Murillo para la ocasión. El atrezo es también de Vistequienteviste, con Javier Herrera al frente. La caracterización y el maquillaje es del ribereño Juanjo Gragera y se ajusta a una exquisita, preciosa y vistosa iluminación diseñada por Fran Cordero y Jorge Rubio y ejecutada en sala por Beatriz Lubián y Jorge Rubio. Oliver González, técnico de sonido se encarga de que todo suene cuando tiene que sonar, incluso la música original de Mariano Lozano que ha compuesto una serie de piezas que se ajustan a la representación como una segunda piel, la piel musical.
A Rafael Garrigós, diseñador del Vestuario, ya lo queremos en Extremadura como si hubiese nacido aquí. Nos ha dado tantas alegrías, y continúa haciéndolo, que el hecho de ser de cuna manchega es absolutamente irrelevante. Dirige las manos prestas, eficientes y veteranas en la sastrería del festival de Luisi Penco, Lali Moreno e Isabel Trinidad que lo hilan, cosen y ajustan todo con eficiencia y diligencia. Carlos Mohedano es el maquinista y la escenografía... absolutamente perfecta, ¡Por fin! un montaje escenográfico de El Molino, diseñado por Diego Ramos, que aprovecha todo el frente uniendo las dos Valvas Hospitalias con una parada central en la Valva Regia, simulando la Vía Láctea por la que transita el CORO DE planetas ERRANTES compuesto por Cristina P. Bermejo, Ana Gutiérrez Bravo, Elena Rocha, Jorge Barrantes y Sergio Barquilla, dirigidos magistralmente por Cristina Silveira.
La dirección de la obra está firmada por Pedro Antonio Penco con una también muy brillante ayudantía (aquí todo es muy brillante, os lo aseguro) del abulense Carlos Sañudo al que también hemos adoptado estos días porque se ha dejado el pellejo y los párpados en la arena del viejo teatro.
El reparto encabezado por Paula Iwasaki cuenta con Daniel Holguín, Alberto Iglesias, Guillermo Serrano, Pepa Pedroche, José Antonio Lucia, Rafa Núñez, Juan Carlos Castillejo, Francis Lucas y Gema González. Un puñado de figurantes da vida en la obra a muchas de las escenas creando un ambiente muy cuidado. Ellos son Carmen Lourdes Fernández, Nieves Mateos, Matilde Álvarez, Pablo Olmos, Raúl Mateos, José Guijarro, Julio Piñero, Pedro Álvarez, Pedro Galván, Francisco José Muñoz y Samuel Serrano, algunos de ellos pertenecientes a la Asociación Cultural Emerita Antiqua que ya participara en otras obras de corte similar (Coriolano, El Cerco de Numancia...).
No es que sea un plan para este fin de semana. Debería ser un plan de vida ver y reflexionar sobre Hipatia de Alejandría. Ojalá y algún día las cátedras y los escaños se llenen de la razón y tolerancia que tanto gustaron a la filósofa romana.