Fotografías: Charly Morlock - Texto: Diego J. Casillas Torres / www.festivaldemeria.es
07 July 2022
Anoche, después del estreno, comentaba con Jordi González, Arts Manager de FOCUS, que no me atrevía a calificar el montaje como una obra de teatro, una ópera rock, un musical o con cualquier otra etiqueta prefabricada que me esforzaba en buscar en mi cabeza. Pensé en voz alta mientras comentábamos que quizá no era necesario calificarla a lo que él asintió para añadir que era como una performance pero a lo bestia.
Y sí, quizá sea lo más adecuado, calificar a este Safo de Christina Rosenvinge, Marta Pazos y María Folguera como una gran performance donde los detalles de sonido e iluminación están tan cuidados como la coreografía y las voces de sus protagonistas Irene Novoa, Juliane Heinemann, Lucía Bocanegra, Lucía Rey, María Pizarro, Natalia Huarte y Xerach Peñate además de la Rosenvinge.
Este año, en clases de teatro, he comprendido lo difícil que es declamar al mismo tiempo que hay intencionalidad sobre otras acciones que uno trata de coordinar mientras habla como, por ejemplo, moverse, caminar hacia algún lugar, coger o soltar algo.. comerse una manzana… Yo añadiría estar desnud@. Se me antojó brillante la interpretación de Natalia Huarte a la que me permití felicitar personalmente al final de la función, porque, señoras y señores, criaturas del universo, debe ser tremendamente jodido aguantar un desnudo integral con tantos ojos clavados en ti al mismo tiempo y defender tan bien el texto como lo hizo Huarte ayer en Mérida.
Sí, hay muchos desnudos en esta obra. A ver, es Safo, la artista que cantaba al deseo por otras mujeres en Lesbos y hay cosas que a estas alturas de la evolución humana, aunque otros y otras se empeñen en involucionar, no hace falta enmascarar. O acaso nos vamos a dejar arrastrar por la moral absurda y calvinista de algunas redes sociales que ven en un pezón algo mas nocivo que un arma de destrucción masiva y en un desnudo algo peor que algunas escenas explícitas de violencia física que campan impunemente por el mundo digital.
Luego está también la otra crítica, que la va a haber seguro, la de que si no es una obra para el Teatro Romano de Mérida, que el marco incomparable se merece otra cosa, que si no es clásica (otra vez con los Peplum ¡qué pereza!), que si en una sala bien pero aquí no… y seguimos. Todo por no aceptar lo que tenemos y querer interpretarlo de mil maneras. Y yo cada vez me reafirmo más en lo sencillo, en lo que me gusta sentarme a ver teatro, danza o ballet, un concierto, una performance (aunque sea bestia) y disfrutar de un buen espectáculo (este lo es) aunque no esté milimetricamente diseñado para el monumento como si fuera un maping. Sí, me gusta disfrutar de este espacio tan singular como plural, que me acoge cada vez que lo necesito con tanta generosidad y me abraza. Solo eso, disfrutar, y como dije la semana pasada, lo demás está de más.
Safo no es una obra apta para todos los públicos, no, no lo es, al menos para los de moral retrógrada y estrechez de miras.
Por último quiero agradecer a Charly Morlock, mejor persona que fotógrafo y fotógrafo insuperable, la cesión de estas fotografías que con tanto gusto ha realizado ya que el día del ensayo, aún presente, estaba yo a otros menesteres. Gracias, compañero. Tú haces grande la profesión.
En un jardín de Lesbos, isla entre Oriente y Occidente, la poeta Safo ha convocado a las Musas protectoras del arte para saber qué será de su nombre. Las diosas detienen su juego para iniciar a Safo en un viaje a través del tiempo: de Ovidio al siglo XXI, de los versos perdidos a una subasta en Christie’s. Pero también nos acercaremos a la Safo humana, a la artista que tocaba en bodas y cantó al deseo por distintas mujeres. Safo inventó nuestra forma de entender el amor. Esta noche, de la mano de las Musas, intentaremos entenderla a ella.
Safo Fragmento 36 es un poema escénico, musical y visual que explora la figura de la gran poeta de Lesbos. Enigmática y misteriosa, es una autora venerada y respetada hasta hoy, que compuso más de diez mil versos, de los que sin embargo nos han llegado escasos poemas completos y versos sueltos. En contraste con la clamorosa ausencia de su obra, su figura legendaria no ha hecho más que crecer con el tiempo.
Nuestra propuesta escénica recorre el universo sáfico a través de lo imaginado, lo proyectado, lo especulado por los/as estudiosos/as y artistas a lo largo de los siglos, y reconstruye a partir de lo que quedó –los enigmáticos versos incompletos, la influencia en autores posteriores como Ovidio, Catulo, Nosis o Erina–, lo que pudo ser y lo que significa Safo en un canon mayoritariamente masculino que durante siglos ha intentando reinterpretar su figura según los valores y prejuicios de cada época.
Un juego metateatral, un diálogo entre presente y pasado para celebrar a Safo.
EQUIPO ARTÍSTICO:
Dirección de escena: Marta Pazos
Dirección musical: Christina Rosenvinge Dramaturgia: Christina Rosenvinge, Marta Pazos, María Folguera
Canciones originales de: Christina Rosenvinge (inspiradas a partir de poemas de Safo)
Textos: María Folguera (inspirados a partir de poemas de Safo)
Coreografía: María Cabeza de Vaca
Diseño de escenografía: Marta Pazos
Diseño de iluminación: Nuno Meira
Diseño de vestuario y caracterización:
Pier Paolo Álvaro
Diseño de sonido: Dany Richter
Ayudante de dirección: Marcel Solé
Ayudante de escenografía: Pablo Chaves Maza
REPARTO:
Christina Rosenvinge, Irene Novoa, Juliane Heinemann, Lucía Bocanegra, Lucía Rey, María Pizarro, Natalia Huarte y Xerach Peñate.
Safo es una coproducción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, Teatre Romea y Grec Festival Barcelona 2022 con la colaboración del Ministerio de Cultura, INAEM y Generalitat de Catalunya ICEC.
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