La aparición

Uff, cuando empiezo a escribir esto me recorre un sudor frío (raro en esta época del año) porque no sé si poner que La Aparición es de Menandro, de Meandro (el del Melero, claro), de Medrano (que de todo lee uno), de Florián Recio, de Paco Carrillo, de Verbo Producciones, de Fernando Ramos, de Esteban García Ballesteros, de Pedro Montero o de Samino&Cía, la verdad. En realidad, creo que esta versión de "La Aparición" es de todos ellos y muchos más, menos del señor del Melero y el otro. Y estoy seguro también de que esta aparición, va a ser aclamada y aplaudida en cuestión de horas por el público. Porque... ¿Acaso no mima el público de Mérida con merecido cariño a la compañía de Fernando Ramos?. Se han ganado a pulso la sonrisa del público de este teatro y están consagrados como parte, incluso, del Festival. Dejemos como claro ejemplo "Los Gemelos" de la que he perdido ya la cuenta de las veces que se ha representado aquí y allá.

Pues eso, que el Miércoles 3 de Julio a las 22:45 horas, el telón que no existe en este teatro dará paso a la primera función de La Aparición, dulce locura de Menandro destilada por el incuestionable gran talento de Florián Recio (algún día le tengo que decir a Florián que es el responsable de la mayor parte de los momentos divertidísimos que he vivido en un teatro). El argumento de esta obra, ya digo que destilada, adaptada, modificada y actualizada presenta a Esperanza, una amorosa zagala que horada la pared de su dormitorio para pasar a la hornacina de la diosa Hebe. Allí, en el sagrado lugar espera con ansia la llegada, una y otra vez, de Cándido, su enamorado. Para aderezar el lío, aparece Rústica, una esclava que también está enamorada de Cándido y que, tras descubrir la maniobra de esperanza, aprovecha para hacerse pasar por ella.

Los ingredientes fundamentales de la obra está claro que son el humor y el amor. Y además, hay un equipo enorme de buena gente y grandes profesionales que se han dedicado a poner muuuucho amor en ello. Vamos con el elenco: Paca Velardiez, Esmeralda Suárez, Irene Hernández, Carmen Moya, Esteban García Ballesteros, Pedro Montero, Jose Francisco Ramos, Fernando Ramos. Hay un coro, delicioso, porque delicioso es escuchar siempre a la familia Samino, Nerea, Aurora y Abraham, que han acogido estos días a Alain Damas quien también forma parte del coro. Luego está toda esa pléyade artístico-técnico en los que están: Abraham Samino en la composición musical, Gustavo Brito en el diseño de escenografía y realización. Antonio Ollero como asistente de escenografía. El vestuario, que merece mención especial, muy en la línea de Los Gemelos aunque muy diferente también, es una brillante, mágica y alegre creación de Maite Álvarez, como no podía ser de otra manera, con la colaboración de Dinamita Light. La iluminación la ha diseñado mi querido Fran Cordero y el espacio sonoro Koke Rodríguez. El maquillaje es de Lilian Navarro y la realización del vestuario ha pasado por las manos de Lali Moreno y Luisi Penco, de las que alguien debería acordarse alguna vez porque llevan ya acumuladas decenas o posiblemente centenares de obras. Por su aguja han pasado lo más florido y fermoso de la escena teatral del país, siempre de manera eficiente y eficaz. Los tocados son de Pepa Casado. Y junto a la dirección también brillantísima, porque en esta obra todo brilla, del gran PACO CARRILLO al que mencionaré en lo sucesivo siempre con mayúsculas, están Fernando Triviño en la ayudantía. Ayuda en la producción Elena Barrena y la producción, claro está, es de Verbo Producciones SL y Fernando Ramos.

Me vuelvo a acordar mientras acabo de redactar este reportaje de Luisi Penco. A Luisi anoche le di un susto cuando me acerqué en medio del pase gráfico para darle un beso, porque esta mujer se merece todos los besos del teatro y todo el cariño del mundo. En fin, no nos olvidemos nunca de las personas que están detrás del escenario. Como suele decirse, sin ellos nada sería posible. Y sin su amor nada de lo que es posible brillaría. Gracias, Luisi.

Esta obra es una coproducción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Verbo Producciones.