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24 September 2019
Cuenta una leyenda que por estos lares, a unos 7 kms. de Alburquerque, se libró una batalla entre musulmanes y cristianos allá por el siglo XII. El caso es que, como suele ocurrir en este tipo de hechos épicos, la virgen se apareció y gracias a su intervención los cristianos vencieron a los musulmanes. Según cuenta la misma leyenda, el general vencedor (conste que en aquélla época no los había) fue el ricohombre de Castilla Alfonso Téllez de Meneses, conquistador de Alburquerque, de la comarca extremeña de La Siberia, incluidos Herrera del Duque y los castillos de Cañamero y Muro, conocido como General Carrión debido a la posesión de una villa familiar en Carrión de los Condes. Pues bien, se nominó a la virgen aparecida como Virgen de Carrión y se le construyó una ermita donde poder atender su culto, nombrándola también General, portando desde entonces un bastón de mando y la distintiva faja de los generales.
Lo que de verdad puede haber en todo esto, amén de la aparición mariana para los más creyentes, es que en 1961 un Teniente General del Ejército Español le impuso la faja. El resto, más o menos aderezado, debemos enmarcarlo dentro de las leyendas tradicionales con las consiguientes reservas.
El resultado es la Ermita de Carrión que visitamos atraidos por su visión desde la carretera por la que fuimos hace un par de meses a La Codosera. El edificio fue construido entre los siglos XIV y XV para honrar a la Virgen de Carrión, en mampostería con los paramentos interiores y exteriores enjalbegados. La nave interior es amplia, con bóveda de cañón. Su aspecto exterior impone grandeza al lugar. Posee un espléndido retablo barroco-churrigueresco ya el aspecto que apreciamos en la actualidad es de finales del siglo XVII y principios del XVIII.
No hemos encontrado referencias a lo que parece ser un ara votiva romana que nos ha llamado la atención.
Merece la pena llegar hasta el lugar y conocer uno más de los edificios del amplísimo catálogo del patrimonio religioso extremeño.