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11 November 2019
¿Quien no ha contemplado de lejos alguna vez el Castillo de Puebla de Alcocer?. Se levanta en medio de una gran llanura vigilando La Serena y La Siberia, desafiando a los pájaros, pero también a los hombres. Su punto más alto da vértigo visto desde abajo: la singular Torre del Homenaje, cilíndrica, más propia de un Exin Castillos que de una fortaleza medieval.
Construido entre los siglos XII y XIII y reformado en el XV, nada pudieron sospechar sus primeros habitantes acerca de la superficie de agua tan impresionante que desde finales del siglo XX puede contemplarse desde sus murallas: los embalses de La Serena y el de Orellana.
Y uno de los puntos que más llaman la atención desde estas murallas es el Cerro de Masatrigo, una gran mole con forma cónica casi perfecta que emerge de las aguas del embalse de La Serena, aislado prácticamente con la subida de las aguas pero que constituye un elemento imprescindible para poder cruzar el pantano ya que hasta él puede llegarse por un puente y enlazar con la siguiente orilla gracias al brazo de tierra que le confiere una forma peninsular. Denominada por algunos como una Montaña Mágica, por otros como un volcán, lo cierto es que no tiene nada de las dos cosas salvo un poquito de mágico y también, otra peculiaridad, quizás la mayor de todas: es la rotonda más grande de Europa.
Hoy es Lunes, queda una semana por delante. Quizás puedas empezar a plantearte ir a conocerla de primera mano. No te va a decepcionar. Mientras, os dejamos nuestra visión en un día neblinoso de Noviembre.