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05 February 2020
¡Quién lo diría!
Si al vecino de Granadilla que en 1964 cerraba la puerta de su casa por última vez, con lágrimas en los ojos y para no volver, le hubieran contado que un director de cine llamado Pedro Almodóvar, entonces adolescente, iba a grabar el final de su película Átame en su pueblo, seguro que no lo habría creído. Tampoco habría creído que habría una cosa que se llamaría Internet en la que aparecería aquél pequeño pueblo cacereño en fotografías, muchos años después de su abandono, en el que se hablaría y debatiría sobre él. Ni mucho menos que una cantante libanesa llamada Balquees Ahmed Fathi cuyos padres ni siquiera se conocían entonces, vendría a la aldea ya abandonada para grabar una cosa llamada videoclip y que en un invento llamado YouTube, que era como la tele, lo verían casi tres millones de personas. Nadie habría creído nada y además, entonces a quienes abandonaron a la fuerza aquél lugar, tampoco les habría importado mucho.
La fundaron los árabes allá por el siglo IX con el nombre de Granada y fue levantada en un lugar predominante desde el que se divisa una gran extensión de terreno lo cual, unido a su proximidad a la Vía de la Plata, le confería un importante carácter estratégico.
Más recientemente, en los años 50 del pasado siglo pasó a ser considerada zona inundable tras la construcción del Embalse de Gabriel y Galán, aunque lo cierto es que el agua nunca llegó a sus murallas ni siquiera en los años de más caudal. Algunos años, cuando las lluvias son generosas y regalan al embalse más agua de lo normal, la villa, transformada en una suerte de península, queda aislada de la tierra hoy habitada.
Historias de guerreros musulmanes, reyes moros y cristianos, infantes y señores, señoríos y órdenes militares están guardadas para siempre en el recuerdo de estas piedras. También las de sus últimos habitantes, cuyas vidas casi se perciben en un paseo por cualquiera de las calles abandonadas. Granadilla parece rebelarse contra el olvido y por algún extraño influjo hipnotizó a Almodóvar y a la cantante libanesa Balquees Ahmed Fathi que han hecho que hoy en día, este pequeño pueblo haya sido visto por millones de personas. ¡Quién lo iba a decir!.
Granadilla cuenta con un bonito castillo, más propio de cuentos de princesas desde que fuese reconstruido. Puede darse la vuelta a todo el municipio por la muralla que la guarda, atribuida a los Almohades gracias a su restauración y conservación. No en vano Granadilla está catalogada como la tercera población mejor amurallada de España después de Ávila y Lugo. Además, un paseo por el interior del pueblo nos descubrirá sus casas más humildes pero también otras de más enjundia como como la del Consistorio, la de las Conchas, la del Minarete, la de los Arcos ... También se conservan el juzgado, la escuela, la tahona, la Iglesia de la Asunción y muchos otros edificios reconstruidos gracias al trabajo de más de 35,000 jóvenes desde que en 1980 se declarase la villa Conjunto Histórico Artístico y se incluyese en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados.
El pueblo, como muchos de Extremadura, sufrió un despoblamiento importante durante el pasado siglo. Marcha que fue definitiva cuando a partir de 1960 todos los terrenos fueron adquiridos y pagados por parte del Estado y, aunque muchos se resistieron, no quedó más remedio que cambiar de vida y abandonar Zarza de Granadilla.
Pero el recuerdo vive y, cada 15 de Agosto y 2 de Noviembre, los que nacieron granadillanos y sobreviven acompañados de sus descendientes vuelven a estas tierras para recorrer de nuevo sus calles y recordar a sus antepasados que, a la fuerza tuvieron que abandonar su historia, sus casas y su vida con la incertidumbre de una nueva en otro lugar pero con el firme deseo de no olvidar nunca.
Gracias, Almodovar, Fathi, Internet, Youtube y los miles de jóvenes que han luchado contra el olvido.
¿Dónde?: Pulsa aquí para ver Granadilla en Google Maps y programar como llegar.
Solo para curiosos: Pulsad aquí para ver el videoclip de Balquees Ahmed Fathi. Las vistas de Granadilla merecen la pena.