Malpartida de Cáceres, de Las Cigüeñas, del Vostell, de Los Paraguas ...

Apetece hoy transmitir las percepciones personales sobre un lugar que adoro: Malpartida de Cáceres. Confieso que no hace más de siete años que conozco “el lugar”, porque es algo más que un pueblo, que un escenario de cine, un espacio natural o sede de uno de los 10 museos más importantes de España según mi admirada National Geographic.

Y hoy lo quiero hacer de forma personal por muchos motivos. Dejadme que os cuente: Primero fueron visitas de trabajo en las que descubrí un pueblo impecable, limpio, con gente amable. Después tuve la fortuna de asistir a un Domingo Gordo (de Carnaval) fiesta popular con raíces extremeñas sin igual. Luego asistimos a una de las Rutas Históricas que se organiza cada verano en la que se da vida desde la recreación histórica a algunas de las escenas más importantes de la historia de la localidad. Visité el Vostell por primera vez y no he dejado de hacerlo cada año desde entonces. También participé en la presentación de un libro, cenado en la terraza de la piscina municipal, cosa que me cautivó sobremanera por el ambiente tan agradable. Luego vinieron las Pedidas de la Patatera (porque ya son varias). Y el caso es que cuando te das cuenta, has ido en siete años treinta veces a Malpartida ¿Por qué?.

Por que hay que ir cada año en Carnaval a conocer el más auténtico de nuestra región, el que se hunde en la tierra uniendo tradición y fiesta desde el principio. Porque hay que visitar el Museo Vostell del que os hemos hablado varias veces en miextremadura.com. Porque hay que visitar ese impresionante plató natural que es la parte de Los Barruecos en la que se grabó la séptima temporada de Juego de Tronos.

Porque hay que dar un paseo sin prisas, a última hora del día, con las personas que quieres por Los Barruecos de Abajo o, como me gusta llamarlo, La Pequeña Capadocia, dejando que el ocaso te sorprenda cuando tienes a la vista el antiguo lavadero de lanas hoy Museo Vostell y ver como se va el sol entre tanto arte. Porque hay que sentarse en una roca a hacer yoga y ver las cigüeñas en la charca que hay antes de llegar al Museo. Admirar las cigüeñuelas, los galápagos, los patos, dejarse sorprender por un lagarto ocelado que huye, escuchar las ranas … Porque al fin y al cabo, en Malpartida, aunque no vivas, terminas echando raíces y amigos tan especiales como especial es la gente de Malpartida.

Y para terminar la excursión, sentarte con tus amig@s en cualquiera de las terrazas de la Plaza Mayor a la sombra de 1.200 paraguas de colores que te transmiten vida, alegría y unas irrefrenables ganas de volver a Malpartida de Cáceres, y de los paraguas, y de las cigüeñas … ¿De verdad dudáis de por qué fue el primer sitio donde fui cuando se levantó la movilidad entre las provincias de Extremadura? 

Bueno, es algo que puedes hacer cualquier día, cualquier fin de semana. ¿Te animas? Click aquí para ver cómo llegar en Google Maps y click aquí para ver la Oficina de Turismo de Malpartida. Feliz ruta.