Texto y fotografías de: Diego J. Casillas Torres
28 January 2021
Cuenta la leyenda que Juan de Austria, vencedor de Lepanto, siendo niño y conocido como "Jeromín" fue el receptor, en su noble cabeza, de una desafortunada pedrada sin más consecuencias, a la sazón "cosas de niños", porque hoy en día nuestros infantes no juegan a apedrearse al menos hasta que saquen una versión en la X-Box a la que auguramos gran éxito.
La cosa llegó al conocimiento imperial dado que Jeromín se encontraba bajo la protección del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, recluido en el Real Monasterio de Yuste. Este, seguramente contrariado, llamó a careo a los implicados en la rústica e inocente batalla y a sus padres, resultando convencido de que se trataba de una gamberrada infantil. Al fin y al cabo no estaba en juego la integridad del Sacro Imperio Romano Germánico, por lo que decidió absolver a los protagonistas de la refriega. Fue entonces cuando los cuacareños recibieron el sobrenombre de "los perdonados".
Hace un tiempo, precisamente por estas fechas, paseamos por sus calles y nos pudimos empapar de ese aroma tan tradicional que cualquier pueblo de de La Vera tiene. El disfrute de un paseo a última hora de la tarde es verdaderamente mayúsculo. La quietud, el soniquete del agua en sus pilones, la combinación perfecta de madera y piedra en sus construcciones, el humo que serpentea el azul del cielo huyendo del fuego...
Prometemos un próximo viaje a Cuacos de Yuste para verlo con ojos renovados que es como vemos siempre los mismos lugares cuando volvemos, pero ahora con más razón. El encierro obligado nos impide viajar físicamente pero sí lo hacemos mental y virtualmente. Y por ello os brindamos el disfrute de este reportaje.
Cómo llegar a Cuacos de Yuste (hacer click aquí para ver en Google Maps).