06 May 2021
Los próximos meses se presentan con necesidad de desconexión, así lo manifiestan la gran mayoría de sociólogos. Poner un punto y seguido a esta atípica vida que estamos viviendo. La pandemia ha hecho mella en nuestra manera de organizar escapadas o vacaciones, ahora la seguridad es una cualidad prioritaria. Por suerte, naturaleza y seguridad son dos palabras totalmente compatibles y que van implícitas cuando se piensa en Extremadura, comunidad que engancha con sólo visitarla.
Como especial en su total esencia, Extremadura cuenta con tres reservas de la Biosfera y un Geoparque mundial declarado por la UNESCO. Si nos adentramos entre Cáceres y Plasencia, rodeada por el río Tajo y Almonte nos encontramos con la Reserva de la Biosfera de Monfragüe que nace con el objetivo de proteger y mantener la diversidad biológica y los recursos naturales de esta zona que ocupa una superficie de 116.160 hectáreas y que es la sexta reserva de estas características más grande de toda España. La Reserva de la Biosfera incluye al Parque Nacional de Monfragüe.
Pero en esta Reserva de la Biosfera además de su diversidad biológica también destaca por una gran población de plantas aromáticas, que ha llevado a la creación del Centro de Interpretación La Casa de los Aromas, que acerca esta gran riqueza a través de numerosas rutas por este entorno.
Dentro de ella también se puede encontrar el Parque Ornitológico de Arrocampo, establecido junto al embalse de Arrocampo. Este embalse, construido para refrigerar una central nuclear, se ha convertido en zona de avistamiento de aves por la incontable cantidad de especies que lo pueblan.
Entre las muchas especies. destacan el águila imperial ibérica, el buitre negro o la cigüeña negra, algunos de ellos en peligro de extinción. En particular, alrededor de 250 parejas de buitres negros anidan aquí, constituyendo la mayor reserva de buitre de esta especie en el mundo.
Además, también cuentan con el ‘Bird Center’ donde siempre te brindarán toda la información, permanentemente actualizada, de los sitios más adecuados del Parque Nacional y sus alrededores para observar las distintas especies y toda la información relativa a las aves que habitan la Reserva de la Biosfera, ubicado en la localidad de Torrejón el Rubio.
Tal es la importancia de este privilegiado paraíso para los amantes del birdwatching que, desde hace más de una década se celebra la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO), la segunda muestra más importante de Europa y pionera de las ferias de su especialidad en España.
Cada año, expositores, asociaciones, especialistas en la materia y más de 10.000 turistas se dan cita en la Reserva de la Biosfera de Monfragüe para conocer y descubrir lo mejor del turismo de naturaleza y la ornitología.
Del norte de Extremadura bajamos hasta el este de Badajoz para dar con un conjunto que supone una superficie de 155.717 Ha.
Dentro de ella se encuentra la Reserva Regional del Cíjara, un área de 25.000 hectáreas donde viven ciervos, jabalíes, corzos y gamos, además de especies de aves protegidas, como águilas reales, buitres negros, alimoches y cigüeñas negras.
El patrimonio histórico y cultural de La Siberia no se queda atrás. Encontramos desde yacimientos prehistóricos y pinturas rupestres hasta la impronta de Roma en la antigua ciudad de Lacimurga, pasando por iglesias, castillos y el abundante legado de las Órdenes del Temple y Alcántara. Merece una visita el Museo del Gigante Extremeño, en Puebla de Alcocer, dedicado a Agustín Luengo Capilla, un vecino de 2,30 metros de altura que vivió a mediados del siglo XIX.
En este recorrido por el patrimonio se debe hacer una parada en Herrera del Duque, localidad que perteneció al Ducado de Osuna y a la Orden de Alcántara y donde es perceptible su pasado señorial en varias casonas y en la Casa de la Encomienda, más conocida como Casa del Conco.
Resulta imprescindible visitar el castillo de Puebla de Alcocer, erigido sobre un roquedo a casi 700 metros de altitud, con unas vistas impresionantes de La Siberia y La Serena. Esta fortaleza del siglo XV perteneció a la Orden de Alcántara y fue encomienda o capital de estos frailes guerreros, cuya influencia fue muy importante en Extremadura. El castillo aún conserva en buen estado los muros y la esbelta y redonda torre de homenaje, de doce metros de diámetro.
Los amantes de la observación de aves tienen un destino ineludible en La Siberia. Prueba de ello son los varios espacios protegidos que existen, como las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de ‘Puerto Peña-Sierra de Golondrinos’ y ‘Embalse de Orellana y Sierra de Pela’, que es, además, Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) para la Unión Europea y Humedal de Importancia Internacional, según el Convenio de Ramsar.
Estas dos Reservas de la Biosfera hacen de Extremadura una comunidad con una belleza inigualable y con millones de posibilidades de turismo natural llenas de rutas de senderismo y ciclismo donde desconectar con seguridad es algo totalmente garantizado, pero aquí no acaba su belleza.
Declarado patrimonio UNESCO desde 2011, el Geoparque Villuercas-Ibores-Yara con sus 2500km² llenos de actividades ecoturísticas desde una visita imprescindible a Guadalupe, astroturismo, agroturismo o avistamiento de aves, entre otros.
Pero, ¿Qué lo diferencia de las reservas de la biosfera? Su patrimonio geológico.
Los geoparques son áreas naturales que conservan un patrimonio geológico singular, un típico modelado del paisaje y parajes en los que las rocas, los minerales o los fósiles pueden explicar a los visitantes, amantes de la naturaleza, pero no necesariamente familiarizados con la geología, la historia de la Tierra en ese lugar.
El Geoparque Villuercas-Ibores-Yara cuenta con cuarenta y cinco lugares de especial interés geológico. Estos ‘geositios’ han sido catalogados, tales como algunas montañas con características geomorfológicas especiales, las fallas, los profundos valles fluviales, los yacimientos paleontológicos o de minerales, los plegamientos como sinclinales y anticlinales, etc.
Especialmente notables son el “Risco de La Villuerca”, el Sinclinal de Santa Lucía, la Portilla del Almonte y el desfiladero de Peña Amarilla o la Mina Costanaz. Muchos de ellos son también de interés cultural, con refugios o abrigos con pinturas rupestres esquemáticas, los castros vetones, los castillos árabes y las minas de Logrosán que nos hablan del pasado minero en la región.
Por último, la cueva cárstica de Castañar de Ibor que fue declarada Monumento Natural debido, en parte, a sus impresionantes formaciones estalactitas de cristales de aragonito.
Estos tres espacios naturales protegidos hacen de Extremadura una comunidad con una gran diversidad que por supuesto, desde ecoturismo.com os animamos a visitar y descubrir. Ya lo decía Albert Einstein: Todo lo que podáis imaginar, la naturaleza ha creado ya, y añadimos que en Extremadura siempre lo podréis contemplar.